¿Pueden las redes de bicicletas urbanas ayudar a desarrollar comunidades sostenibles?

Por Joe Peach, Editor en Jefe del sitio web This Big City

Sería bueno poder comprobar que existe  una conexión real entre las Redes Urbanas de Bicicletas y las Comunidades sostenibles. Sin embargo, a pesar de que esto aún no ha sido comprobado, no quiere decir que la conexión no exista sino que se trata más bien de un desafío complejo.

Esto puede ser atribuido en primer lugar a una falta de investigación con un enfoque específico sobre los efectos físicos de las redes de bicicletas en los lugares en que ésta se usa. Numerosos informes independientes de las ciudades de todo el mundo han generado resultados similares en cuanto a los hábitos de consumo de los ciclistas , sin embargo pocos han estudiado los efectos económicos de este tipo de infraestructura.

El presente artículo se centra en la infraestructura física detrás de la red de bicicletas, de manera de establecer conexiones tangibles y cuantificables que expliquen esta relación.

Obtener una visión amplia y acertada sobre el beneficio económico de desarrollar redes urbanas de bicicletas, es expresado por algunos expertos como algo difícil, sobretodo cuando se estudian los beneficios de este tipo de redes en el caso de las economías locales de desarrollo. Conceptos como el fomento de la interacción social entre los residentes y los comerciantes de barrio son imposibles de cuantificar, sin embargo, este tipo de componentes son sumamente relevantes a la hora de crear comunidades sostenibles.

Por otro lado, el sentido del lugar y el acceso a los servicios, son componentes que pueden ser analizados desde puntos de vista tangibles e intangibles. Al observar la forma urbana de una ciudad y el diseño de su red de bicicletas, el potencial de mejorar el acceso a los servicios puede ser fácilmente comprendido. Amsterdam, por ejemplo, ante su tamaño relativamente pequeño, tendió a desarrollar un uso mixto y una extensa red de ciclovías, lo que fue fundamental para acceder a los servicios a través de la bicicleta.

Suponiendo que dicha red fomenta el uso de las bicicletas, se podría pensar entonces que se genera un completo sentido del lugar, a pesar de que esta garantía no signifique que sea un sentido positivo del lugar.

Amsterdam es un excelente punto de partida para las comunidades sostenibles, ya que cuenta con una excelente red de bicicletas. Londres ha demostrado con su reciente incorporación de red de bicicletas, que a pesar de ser una ciudad de gran extensión, se pueden aumentar los niveles en el uso de bicicletas en la medida de que las comunidades se hagan presentes en estas inciativas. Los esfuerzos de San Francisco, por el contrario, demuestran que una red de bicicletas no implica directamente que la comunidad se va a volver más sostenible. Sin embargo, a pesar de los resultados entre estas ciudades, se evidenciaron los problemas que se busca atenuar con este tipo de redes urbanas, como la equidad, que fue un problema incluso en Amsterdam.

Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, ofrece una visión diferente de la equidad, con el argumento de que una red de bicicletas es un complemento del transporte equitativo simplemente por el hecho de que ofrece otra opción de transporte para aquellos que no pueden permitirse un auto. Después de todo, algunas personas nunca van a querer andar en bicicleta, ya sea por una incapacidad o falta de interés, sindistintos  importar la red de bicicletas que tengan a su alrededor.

Sin duda, el apoyo político incentivado por el entusiasmo de los ciudadanos, tanto en Amsterdam como en San Francisco, jugó un papel muy importante en el éxito de la propuesta por la bicicleta. Londres, por otro lado, a pesar de que se basa en el compromiso de la acción al largo plazo, ha ido avanzando de manera mucho más pausada en su incorporación de la red de bicicletas. La capital británica actúa como un triste ejemplo de la comparativamente pobre norma de una red de bicicletas, que no se condice con el entusiasmo de sus residentes.

Imagen cortesía de Luana Spagnoli en flickr

Este artículo proviene del sitio para ciudades sustentables This Big City. Columna escrita por Joe Peach, traducida al español por Plataforma Urbana.