Las viviendas que ofrece el gobierno a los damnificados en el plan de reconstrucción

Son casas de 50 metros cuadrados en promedio, con materiales inéditos para zonas marcadas por la construcción en adobe.

por Manuel Valencia La Tercera

Viviendas hechas de verdaderos bloques de plumavit, otras que se levantan con estructuras metálicas o que se ensamblan en un par de días. Así de variada es la oferta de casas que el Ministerio de Vivienda (Minvu) busca construir en la zona del terremoto. Especialmente, en las localidades más lejanas a los centros urbanos, donde la construcción de edificios en serie no tiene sentido, por la dispersión de los damnificados.

Según un catastro del Minvu, existen 200 modelos de viviendas ofrecidos por 550 empresas constructoras entre las regiones de O’Higgins y el Biobío.

La variedad de casas, según cada ciudad, ha sido conocida por gran parte de los 32.575 damnificados que ya cuentan con un subsidio del programa Fondo Solidario de Vivienda.

Este beneficio, creado en el gobierno anterior, en su modalidad Construcción en Sitio Propio, permite que una empresa constructora levante una vivienda en el terreno de cada damnificado. Así, donde hubo viviendas de adobe se construyen casas con materiales de vanguardia que son elegidas por los propios damnificados.

“Son muy curiosas las razones que hay detrás de las decisiones de las familias. En algunos casos no optan necesariamente por la casa que tiene más metros cuadrados, pero sí por la que viene con una terminación de cerámica en el piso, porque no quieren seguir viviendo en el hormigón”, dice Pablo Ivelic, coordinador del plan de reconstrucción de viviendas del Minvu.

“Otras familias, en virtud de la cantidad de miembros, eligen la vivienda que tiene más dormitorios, para así tener más privacidad”, sostiene.

Además de la variedad en la materialidad, diseño y técnicas constructivas, los damnificados, en promedio, reciben viviendas de 50 metros cuadrados, living comedor, dos dormitorios, baño y cocina, con un proyecto de ampliación que permite sumar un tercer dormitorio.

Asimismo, la ejecución de las viviendas debe responder a un manual de construcción del Minvu, que garantiza el uso de materiales seguros, de alta resistencia sísmica y con propiedades térmicas asociadas.

Plumavit

La reconstrucción, además, trajo consigo la llegada de un nuevo tipo de viviendas que no era usual en una zona fuertemente marcada por materiales tradicionales como el adobe o de uso más corriente como la madera o el hormigón.

Uno de ellos es el covintec, que es una especie de plancha de plumavit sellada con capas externas de hormigón armado. Otras casas están formadas de bloques de hormigón armado rellenos de plumavit.

En una simple descripción los materiales podrían no parecer una solución de alta calidad y resistencia, lo que generó suspicacias entre personas que no conocían con detalles estos insumos.

“Esas metodologías constructivas han tenido una capacitación con los beneficiarios para que conozcan cuáles son sus ventajas, para que entiendan que la resistencia y la rigidez es apta para un país sísmico. Siempre cuesta romper algunos patrones culturales, pero una vez que las viviendas ya están construidas y la apariencia es absolutamente normal, la gente comienza a adquirir confianza y logra obtener este tipo de soluciones que tienen aparejados muchos beneficios, como solucionar la eficiencia térmica”, afirma Ivelic.

El ministro del Vivienda, Rodrigo Pérez, enfatiza en que “a la fecha existen más de 200 modelos de vivienda certificados, los cuales están a disposición de los damnificados. Esto nos permite que las familias puedan elegir su vivienda definitiva de acuerdo a sus necesidades particulares”.

Otros subsidios

El Minvu implementó dos nuevas modalidades de subsidios durante el año pasado para las familias que quisieran optar por acceder a una vivienda, pero en una zona distinta a la de su terreno original. Uno de ellos fueron los 200 subsidios portables, que permitieron a familias de clase media comprar una nueva en un lugar distinto. De ellos, según el Minvu, 120 están en ejecución. Otra modalidad son los subsidios de Densificación Urbana, que permitirán construir edificios de baja altura en terrenos de centros históricos de ciudades como Talca y Valparaíso que quedaron disponibles tras el terremoto. Ya se iniciaron 231 obras.