Daños en Quinta Normal. Diseño, educación y pertenencia en juego

Uno de los principales temas a la hora de diseñar un espacio público, es poder mantener el equilibrio entre el diagnóstico y la expectativa, entre la realidad y lo que se espera. En este sentido, entre el diseñador y el usuario se produce un juego de voluntades entre “lo que realmente ocurre” y “lo que se desea que ocurra”, lo que determinará finalmente el éxito o fracaso de la propuesta.

Desde el lunes se ha convertido en todo un tema el recientemente inaugurado parque Quinta Normal, por las denuncias de falta de cuidado de sus usuarios, la basura en el parque y los niños bañándose en la laguna. ¿Y si se hubiera pensado desde un inicio en que las personas se pudieran bañar en Quinta Normal? ¿Cuánto es la cuota de responsabilidad en el diseño del parque? ¿De qué manera se fortalece el sentimiento de pertenencia y arraigo a estos espacios comunes? ¿Por qué destrozar lo que me sirve a mí y a otros?

Diseño en juego

En el caso de Quinta Normal, la reciente intervención posibilitó que el parque se viera favorecido tanto en su estética como en sus usos y programas, sin embargo hubo elementos que hizo falta considerar en el diagnóstico, de manera que la propuesta tuviera el éxito deseado.

Se ha tocado por ejemplo el tema del uso inadecuado de la laguna de botes en el parque, ya que muchas personas la han utilizado como piscina, a pesar de que hay un letrero que prohíbe el baño. ¿Y si se hubiera pensado desde un inicio en que las personas se pudieran bañar en Quinta Normal? ¿No debiera ser un lugar acondicionado para resolver los intereses de las personas que van al lugar? ¿No es la función del espacio público resistir las costumbres de quienes lo habitan?

En este sentido hubiera sido interesante evaluar el actual uso de la laguna, que hoy sirve “legalmente” a una cierta cantidad de botes que cobran cuatro mil pesos por cada quince minutos. Ante esto, no creo tan extraño de entender que las personas terminen en el agua en un acto de apropiación de este espacio.

Para contextualizar un poco más la situación, las imágenes del parque que han circulado, evidencian la falta de cuidado con la basura por parte de los usuarios, ya que se ven residuos de basura en la laguna, en diversos recintos del parque, además de observarse gran cantidad de bolsas plásticas en los alrededores de los basureros.

Si queremos aumentar el número de usuarios en el parque, ¿no debiéramos también aumentar la disponibilidad de servicios para que no colapsen los recipientes de basura, la capacidad de los baños, los asientos y el mobiliario urbano? Posiblemente hubiera sido una alternativa el haber diseñado mayor cantidad de puntos de reciclaje y residuos, en vez de contar con los basureros estándar que funcionan bien en una plaza pero no en un lugar al cual llegan familias completas a pasar la tarde. ¿Cuánto es la cuota de responsabilidad en el diseño de parque?

Educación y pertenencia en juego

¿Qué pasa con la cuota de responsabilidad aplicada a la educación de un país? ¿De qué manera se fortalece el sentimiento de pertenencia y arraigo a estos espacios comunes? ¿Por qué destrozar lo que me sirve a mí y a otros?

A pesar de lo anterior, no puede obviarse la falta de educación de varias de las personas que visitan el lugar, que no respetan los espacios comunes, la limpieza y el cuidado de estos espacios que pertenecen a todos los ciudadanos.

En este sentido, es necesario llevar a cabo un proceso a corto, mediano y largo plazo, que nos acerque como sociedad a una solución del problema. Primero, saber cuáles son las razones del desarraigo de las personas que no cuidan estos espacios, cuáles son las razones de la falta de apropiación, por qué no surge espontáneamente el cuidar lo que es de todos. Segundo, una solución eficiente y efectiva al problema, aumentando los recursos dispuestos para la mantención del lugar en época de verano, sobretodo durante los fines de semana, posibilitando una mayor cantidad de mantenciones diarias y un mayor número de contenedores de basura señalados de manera visible e insistente. Y tercero, pero mucho más complicado que lo anterior, es una solución a largo plazo que implique educación, apropiación y pertenencia de estos espacios, de manera de que las personas que los visitan y habitan se sientan responsables de sus propios espacios públicos.