¿Qué pasó con el Patrimonio luego del 27F?

Por Consuelo Roldán, Estudiante de Arquitectura UC

Después del terremoto del 27F, hemos sido testigos a través de la prensa, de algunas de las soluciones que ha propuesto e implementado el gobierno para solucionar el problema de la vivienda, desde mediaguas y otros tipos de construcciones de emergencia, hasta algunos casos de viviendas definitivas que incluso eran personalizables.

La emergencia de la situación ameritaba responder a través de todos los medios, eran más de 2 millones de damnificados en el territorio nacional, y la solución debía generarse rápido. Sin embargo, junto con esta rapidez, se avecinaba la pérdida de varias construcciones patrimoniales que resguardaban parte de nuestra identidad, en una importante cantidad de pueblos en zonas rurales. Como si fuera poco, muchos dueños, por falta de asesoría o por temor, se vieron influenciados al tomar la decisión de demoler sus casas de adobe o quincha, aumentando así el porcentaje de patrimonio que perdíamos, sin ser esto necesario.

Bajo este desolador panorama, surgía una nueva interrogante ¿cómo resguardar el patrimonio, entregando una solución rápida pero duradera en vivienda, que evite éxodos masivos de estos pueblos altamente dañados, y que evite así la creación de pueblos fantasma?

Tal como lo habíamos visto en el caso de Chaitén, la migración desde esta localidad hacia otras ciudades, se veía acelerada por el definitivo aniquilamiento de oportunidades laborales por la destrucción producida por la acción del volcán, lo que había producido la pérdida de las viviendas. Varios ex pobladores se hicieron la pregunta: ¿por qué quedarse si lo más probable es que termine en una vivienda provisional, y sin trabajo?

Han pasado casi dos años del terremoto, y poco hemos sabido acerca de lo que ha pasado efectivamente con la identidad y el valor patrimonial de estos pueblos, aunque en efecto, existe un plan de reconstrucción patrimonial dentro del marco “Chile Unido Reconstruye Mejor”, para zonas altamente dañadas.

La importancia de la Inversión en el Capital Humano para la reconstrucción

El día 16 de diciembre, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo entregó en Chépica (Región de O´Higgins), ocho viviendas de alto valor patrimonial, lo que significó una inversión de 138 millones de pesos. El ministro Pérez Mackenna, señaló que se están interviniendo 178 zonas patrimoniales, se encuentran además en estudio 27 casos de reconstrucción patrimonial, y se espera beneficiar a 1.382 familias de la región en 32 comunas.

Posiblemente esta podría ser la respuesta para evitar los éxodos de población que nos llevan a la pérdida de patrimonio. Si bien un edificio puede ser muy valioso en sí, lo que lo constituye como patrimonio es la vida que lo rodea, la historia que se aferra a este a través de sus habitantes; eso es lo que queremos conocer, eso es lo que debemos cuidar. La diferencia entre una casa de adobe y otra no es demasiado sustancial, tienen los mismos componentes básicos, el mismo sistema estructural, una disposición espacial parecida, en fin, es por esto que constituyen una tipología. Pero hay algo que nunca se va a repetir de una casa a otra: la forma en que se habita el edificio, que se relaciona con una cultura local, un clima, un lugar geográfico, etc. Ese es el valor patrimonial en el que hay que invertir, y que nos permitirá salvaguardar nuestra identidad como país.

Para información acerca de cómo postular a los Subsidios de Reconstrucción y Reparación Patrimonial, aquí.