Arcologías: ¿Utopía o solución para la sustentabilidad urbana?

Arcosanti, primer proyecto de arcología realizado por Paolo Soleri en 1970 en Arizona. Fuente: www.media.merchantcircle.com

Escrito por Jorge Amado. Licenciado en urbanismo y diplomado en ciencias sociales por la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Buenos Aires, Argentina. *

Arcología es un concepto introducido por el arquitecto italiano Paolo Soleri a finales de la década de 1960. El mismo hace referencia a formas y funciones de una ciudad que, según el autor, combina la arquitectura y la ecología con el objetivo de crear un hábitat urbano complejo, compacto y sustentable. En la actualidad, dada la escasez de tierras aptas, la necesidad de ahorrar recursos, pero también con la pretensión de realizar obras épicas, se observa como el diseño arquitectónico y urbano tiende a proyectar tipologías que podrían considerarse análogas a las arcologías.

La arcología propone una forma urbana altamente integrada y compacta en tres dimensiones, oponiéndose a la expansión descontrolada y a su inherente consumo y desperdicio de tierra, energía y tiempo; lo que se traduce en una marcada tendencia a segregar comunidades y aislar personas. Por el contrario, la complejización y concentración de actividades y estructuras permitiría una notable conservación y provecho del suelo urbano, la energía y los recursos generados por la sociedad. En términos de Soleri, arcología es la implosión de la megalópolis extendida, la ciudad contemporánea, en un denso y complejo ambiente urbano que se erige verticalmente.

Este tipo de ciudad necesitaría aproximadamente el dos por ciento de tierra de lo que utiliza una ciudad tradicional de similar población. En la actualidad, una ciudad típica requiere más del sesenta por ciento de su superficie para rutas y servicios automotores. Por el contrario, la arcología elimina al automóvil de la ciudad. Los usos múltiples del diseño arcológico, inspirado en la naturaleza, hace a los diferentes espacios destinados a vivir, trabajar, estudiar y pasear, accesibles entre sí. Dentro de esta concepción, caminar sería la forma principal de transportarse dentro de la ciudad.

La proximidad supuesta de una arcología a territorios naturales proveería a los habitantes de la ciudad de un acceso inmediato y constante hacia espacios rurales, con un mínimo impacto y con la posibilidad de situar actividades agrícolas cercanas a la ciudad, lo que maximizaría la eficiencia logística para la distribución de mercadería. Como no podría ser de otra manera, la arcología utilizaría técnicas de construcción que reduzcan la utilización de energía de la ciudad, especialmente en cuanto a la calefacción, iluminación y refrigeración. En resumen, una arcología busca plasmar una alternativa económica y eficiente al consumismo extremo y al derroche a través de un diseño y uso austero, sustentable e inteligente de la ciudad.

La mayor ventaja de este tipo de ciudad-edificio es que proyecta el tráfico a una escala tridimensional, eliminando los vehículos privados más contaminantes gracias a la combinación de ascensores y transportadores horizontales análogos a los primeros. Las arcologías se presumen autosuficientes y sustentables, disponiendo de sistemas de obtención de energía, sistemas de potabilización del agua, de depuración, de reciclaje de agua y residuos, etc.

La teoría de la arcología sostiene que esta eficiencia se obtiene sólo mediante la minimización intrínseca del efecto urbano, la interacción compleja entre diversas entidades y organismos que generan sistemas saludables. Estos procesos se observan tanto en el mundo natural como en las ciudades y culturas más importantes a lo largo de la historia. Las opciones son muchas y dependen de la imaginación de los diferentes autores, diseñadores, arquitectos y planificadores urbanos que interpretan de diversas maneras las ideas de Soleri, así como también algunos conceptos provenientes de la literatura y el cine de ciencia ficción.

La Broadacre City podría considerarse como predecesora del concepto de arcología de Soleri, quien ha sido discípulo de su autor, F. L. Wright. Fuente: www.betacurea.tumblr.com

Soleri también cimentó sus ideas influenciado por otros autores y teorías. De hecho, estudió en el taller de uno de los pioneros en el pensamiento y proyección de ciudades ecológicas, eficientes y autosustentables; el estadounidense Frank Lloyd Wright, que propuso en 1932 la Broadacre City, un proyecto de urbe ideal centrada en principios de calidad ambiental.

Superando la teoría

Más allá de poder considerarse arcologías o no, en la actualidad se pueden encontrar proyectos que encajan con alguno de sus postulados, como las ecociudades de Dongtan, en China, y Masdar, en Emiratos Árabes Unidos. El proyecto Dongtan propone una urbe ecológica en Chongming, la tercera isla más grande del país, en la boca del río Yangtse. La idea es que sus habitantes tengan todo lo necesario para no recurrir a la cercana Shanghai. Las energías renovables harán autosuficiente a esta ciudad, que reciclará hasta el 80% de sus residuos y promoverá el transporte público ecológico. La “Ciudad Masdar” (“fuente” en árabe) pretende ser un complejo urbano sostenible de unos 6,5 kilómetros cuadrados capaz de albergar a 50.000 personas y 1.500 empresas, en su mayor parte relacionadas con las energías renovables.

Más allá de su propio “laboratorio urbano” y prototipo de arcología llamado Arcosanti, construido en Arizona, Estados Unidos; el trabajo de Soleri ha sido influencia notable en algunos arquitectos de la actualidad. El proyecto NOAH (New Orleans Arcology Habitat) pretende la construcción de un edificio en forma piramidal con capacidad para unas 40.000 personas en esa ciudad estadounidense. La arcología estaría presente en su concepción: tendría sitio para viviendas y lugares públicos, como hoteles, casinos, centros comerciales o colegios, generaría su propia energía y reciclaría el agua corriente.

La firma de diseño y arquitectura Schopfer Associates es la encargada de diseñar esta arcología, como también otras concepciones de arquitectura arcológica. El BoA (Boston Arcology) es una megaestructura sostenible en forma rectangular para la zona del puerto. Con una capacidad de 15.000 personas, tendría todo tipo de servicios, jardines y espacios públicos y contaría con energía solar y eólica. Para la isla de Haití, Schopfer ha ideado la Harvest City, una ciudad flotante de tres kilómetros de diámetro para albergar a 30.000 personas. En las dos terceras partes de su espacio se ubicaría una zona agrícola y en el resto, equipamiento de industria ligera. Contaría con todo tipo de servicios para sus residentes y sería capaz de resistir terremotos y huracanes.

“Boston Arcology (BoA) y New Orléans Arcology Habitat (NOAH)son arcologías propuestas y diseñadas por el estudio Shopfer Associates.” Fuente: http://www.shopferassociates.com

“Boston Arcology (BoA) y New Orléans Arcology Habitat (NOAH)son arcologías propuestas y diseñadas por el estudio Shopfer Associates.” Fuente: www.shopferassociates.com

Francis Frick, del Departamento de Agricultura de la Universidad de Hong Kong, propone la utilización de los principios de la arcología para el desarrollo urbano del sur de China, uno de los países más necesitados de soluciones ecológicas para responder a su gran crecimiento económico.Pero donde más se pueden encontrar reminiscencias de la arcología es en la ciencia ficción. El escritor H.G. Wells ya menciona este tipo de estructuras arquitectónicas en su obra de 1899, “Cuando el dormido despierte”. Otros autores del género han incluido en sus obras este tipo de ciudades-edificio, como Metrópolis, La fuga de Logan, Blade Runner, Matrix, Yo Robot, Stars Wars, etc. También se ha prodigado en cómics y dibujos animados anime y manga, en videojuegos como SimCity, o en juegos de rol como Warhammer.

Si bien el edificio Burj Khalifa de Dubai se asemeja a lo que podría considerarse una arcología, en la actualidad no parece posible llevar a cabo ningún proyecto de los antes mencionados. Sin embargo se han presentadas de forma conceptual muchas propuestas, especialmente para la ciudad de Tokio (X-Seed 4000, TRY-2004, Aeropolis 2001, MOTHER, Sky City 1000, etc.); aunque la más popular es la “Torre Biónica”, propuesta de los arquitectos españoles Eloy Celaya, Rosa Cervera y Javier Pioz, para las ciudades de Hong Kong o Shanghai.

La cuestión de la sustentabilidad

La teoría existe y la propuesta está planteada. De hecho, el laboratorio urbano de Soleri, Arcosanti, funciona como una arcología desde su fundación en el año 1970. La problemática que subyace en estas ideas se compone de varias cuestiones: ¿La tecnología disponible es capaz de desarrollar estas “megaestructuras” y hacerlas funcionales y sustentables?; ¿La autosustentabilidad de estas arcologías es también compatible con la sustentabilidad de la sociedad, del resto de las ciudades y del territorio “exterior”?; ¿La sociedad está preparada y dispuesta a cambiar radicalmente su forma de vida y su cultura?; ¿Las arcologías, al ser estructuras acotadas, podrán contener y abastecer el crecimiento demográfico de la población?

Estas y otras preguntas surgen a la hora de pensar en ideas radicales como la planteada. Cuestionarse estos conceptos no significa descartarlos, sino reflexionar acerca de los problemas que presenta la ciudad actual y sus posibles soluciones, destacando las características positivas y factibles y diferenciándolas de aquellas que podrían presentar aspectos negativos para la ciudad, el ambiente y sus habitantes.

Las arcologías, desde su concepto hasta su ejecución real, representarían una concepción totalmente nueva no sólo de la ciudad, sino de la sociedad tal y como la conocemos, junto a sus actividades, lugares, cultura y relaciones. En la historia de la humanidad se han sucedido grandes y numerosas revoluciones, lo que también ha repercutido notablemente en el territorio, la construcción de la ciudad y el funcionamiento e ideas de la sociedad. Quizás estemos en presencia de una nueva revolución que ya ha sido plasmada en los relatos de ciencia ficción y en la imaginación de grandes pensadores de todas las épocas.

* Jorge Amado es licenciado en urbanismo y diplomado en ciencias sociales por la Universidad Nacional de General Sarmiento UNGS, Buenos Aires, Argentina. Su formación se complementa con estudios de postgrado relacionados a las temáticas arriba señaladas. En su carrera profesional se ha desempeñado como consultor en temas de planificación urbana, hábitat social y medio ambiente en instituciones públicas y privadas. Ha sido becario de la UNGS y ha participado en numerosos equipos de investigación en dicha universidad tanto como en municipios de la Provincia de Buenos Aires; además de realizar docencia universitaria y en diversos cursos de capacitación. También ha colaborado en la publicación de artículos y textos en revistas especializadas y periódicos locales. Actualmente se desempeña como Técnico de la Subsecretaría de Reordenamiento Territorial, Tierras y Vivienda del Municipio de San Fernando y como miembro de diversos equipos de investigación en la Universidad Nacional de General Sarmiento, tareas que combina con consultorías privadas y dibujo de cartografía.