Consejo de Monumentos inicia conversaciones para compra de Palacio Pereira

La institución estatal reconoce diálogo con dueños del inmueble para restaurarlo.

por Evelyn Briceño (La Tercera)

El interior del Palacio Pereira (Huérfanos con San Martín) recuerda una película de la Segunda Guerra. La destrucción no es por las bombas, sino por el paso del tiempo, los terremotos y la indolencia por parte de todos los involucrados en su cuidado. Pero la solución a ese deterioro parece más cerca: el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) estaría estudiando adquirir el edificio para el Estado, que construiría ahí dependencias públicas.

Las conversaciones con la Inmobiliaria Maullín, propietaria del palacio, estarían avanzadas y antes de fin de año podría producirse un acuerdo final.

El secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), Emilio de la Cerda, no da mayores luces, aunque no descarta las conversaciones “como continuidad del diálogo que se ha sostenido desde hace años con los dueños del palacio. Pero lo concreto hoy es el reingreso del anteproyecto privado que lidera el arquitecto Gonzalo Martínez”.

Este anteproyecto, que fue aprobado en primera instancia por el CMN, incluye la restauración de la fachada, los salones interiores y su valiosa galería de distribución en forma de cruz. Asimismo, agrega en el lado norte del palacio una torre de 23 pisos.

Ese último elemento desató polémica. El año pasado, además, el proyecto no obtuvo el visto bueno de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Santiago.

A solicitud de los dueños, la Contraloría se pronunció y ordenó a la Dirección de Obras que aprobara el anteproyecto. Cuando el plan fue reingresado para su estudio, el organismo municipal encontró algunas discordancias y hoy el tema es analizado por el CMN, que paralelamente empezó a sondear la posibilidad de hacerse cargo de la recuperación del Palacio Pereira, posibilidad que concita consenso.

“Hicimos nuestra propuesta, que, más allá de la controversia, ha sido la única aprobada por el consejo. Estamos abiertos a cada sugerencia seria que se haga. En todo caso, si ahora surge la opción de que el Estado se haga cargo del palacio, me parece óptimo. A lo único que me niego es que el edificio mate a alguien si no se repara pronto”, aclara Gonzalo Martínez.

El edificio luce catastrófico, muy lejos del esplendor de 1874, año en que terminó su construcción, encargada por su dueño, Luis Pereira Cotapos, al francés Lucien Henault. Hoy es un peligro inminente para los vecinos y transeúntes. “Le hago el quite a esa esquina. Es urgente que se haga algo antes de que ocurra un accidente. Me da lo mismo que sea un proyecto privado o estatal”, dice Marcelo Poblete, quien vive a pasos del palacio.

Para el Colegio de Arquitectos, que ha cuestionado el proyecto de Martínez, el rescate estatal del edificio es la mejor alternativa: “Lo razonable es que el Estado tome ese inmueble y lo convierta en un edificio público”, explica Luis Eduardo Bresciani, presidente de la entidad gremial.

Agrega que el colegio ha instado al Estado a que cuide el poco patrimonio arquitectónico que posee Santiago, “sobre todo este edificio, que es notable. Actualmente, se quiere intervenir todo -edificios antiguos, parques, plazas- y de cualquier forma, y eso nos preocupa. Hay que tener visión de futuro y no sólo criterios economicistas”.

Modificación legal

Respecto del estado de deterioro que presenta el palacio, Bresciani señala que éste se debe al abandono por parte de sus propietarios. “Por ley, es responsabilidad de ellos cuidar su edificio”.

La Inmobiliaria Maullín no quiso polemizar, pero ha explicado públicamente que cuando adquirió la propiedad, en 1981, ésta no era monumento nacional. Cuatro meses después de la compra, el lugar habría recuperado tal categoría y cada vez que habrían intentado hacer arreglos no habrían contado con los permisos de las autoridades correspondientes.

Diversos expertos apuntan a una ley de monumentos deficiente, que ataría de manos en vez de entregar herramientas de restauración a los dueños de estas reliquias. Esto es compartido por el Colegio de Arquitectos y por el propio CMN, que trabaja en su modificación. “Estamos en la etapa de mesas de trabajo para afinar la propuesta, con la idea de hacer un cambio conceptual de la ley, elaborar planes de incentivos y fondos para que la protección de los monumentos sea compartida entre Estado y propietarios, y cambiar la composición del Consejo de Monumentos”, adelanta De la Cerda.

En caso de que la apuesta estatal para la reparación del Palacio Pereira no prospere, el proyecto privado sigue su curso regular. Ya incorporó algunas mejoras, como un corte en la torre que permitirá mayor ingreso de luz a los salones restaurados.