Santiago Centro se remoza: casonas de 1860 se convertirán en bulevar

El proyecto restaurará el ex Club Domingo Fernández Concha y la Casa Goycolea, en calle Compañía.

por Cristián Labarca B. (La Tercera)

En julio de 1952, un incendio se ensañó con el Club Domingo Fernández Concha, sede de las oficinas del Partido Conservador. Pero no ha sido el fuego el peor enemigo de este palacete neoclásico construido en 1860. El último terremoto lo dejó con serios daños estructurales y, mucho antes, quienes allí habitaron, simplemente, lo desvalijaron.

El arquitecto Rodrigo Pérez de Arce -contratado por la inmobiliaria Angostura (empresa familiar administrada por Santiago Urzúa y sus siete hijos)- cuenta que se llevaron molduras de madera, puertas y ventanas, el piso y las placas de mármol. “Es decir, no sólo tenemos el daño sísmico, sino que además el causado por esta suerte de vandalismo”, apunta Pérez de Arce. Precisamente así luce hoy: devastado.

Este escenario cambiará, y en eso están Urzúa y sus hijos desde el 2009, cuando compraron la propiedad al Arzobispado de Santiago y se embarcaron en esta aventura, que ya recibió su primer espaldarazo. Hace dos semanas fue reconocido como uno de los 31 proyectos ganadores del Programa de Reconstrucción Patrimonial del Consejo de la Cultura.

Eso significa que en diciembre recibirá $ 120 millones que -al ser una propiedad particular- servirán sólo para recuperar la fachada del edificio de calle Compañía 1263 (entre Teatinos y Morandé), ya que el CNCA la considera “elemento relevante de la Zona Típica del centro de Santiago”.

Otros $ 116 millones beneficiarán a la Casa Goycolea, colindante con la anterior y también de propiedad de Urzúa, quien señala: “Este aporte, sumado al de privados -otros $ 400 millones-, nos ayuda mucho y permite acelerar las obras, por lo menos la etapa de las casonas”.

Juntas suman 3.500 mt2 que, de concretarse los planes, cambiarán la cara de ese sector de Santiago.

El club de señoras

El proyecto de Urzúa es pilotado por Rodrigo Pérez de Arce, el mismo que diseñó la remodelación de la Plaza de Armas y que ahora está en la terna finalista del concurso para construir el nuevo parque del Estadio Nacional.

El arquitecto adelanta que este lugar será parte de un circuito público, un paseo que enlaza en la parte posterior de estas casas con el pasaje Sótero del Río, la antigua calle del Sereno. “Es un espacio de corazón de manzana, tranquilo y muy bien ubicado”, describe Pérez de Arce.

No es difícil imaginarlo en un futuro próximo a pasos de otros proyectos en similar proceso de mejora: la plaza Montt Varas -frente al Palacio de Tribunales-, el hotel City y la mansión de la familia Larraín Zañartu en calle Morandé (futuro Espacio M).

Habrá restaurantes, librerías y una galería de arte, en un proyecto comercial y cultural denominado Paso del Sereno, que rescatará una secuencia de tres patios interiores que Pérez de Arce valora especialmente: “Estamos recuperando la ciudad de patios del siglo XIX. El centro de Santiago tiene calles, pasajes comerciales y sistemas de patios. Hoy quedan pocos, y el de esta casa es particularmente interesante, recuperable y original: no hay otro con estos salones circulares, este sistema de zaguanes y jardín bajo nivel”, dice.

La idea es aprovechar que en frente funciona la Facultad de Arte de la Universidad de Chile (donde uno de los hijos de Urzúa estudia Composición) y potenciar una oferta músical. “De hecho, desde acá se escucha a los músicos ensayando, y eso le da una cosa mágica a este lugar”, dice Paula Urzúa, gestora del futuro centro cultural.

Se recuperarán, además, los antiguos salones del segundo piso de la Casa Goycolea: 400 mt2 que se encuentran en mejores condiciones que su vecina. Hacia calle Catedral se construirán 400 estacionamientos subterráneos en cuatro niveles y se destinarán 2 mil mt2 a locales comerciales, enfatizando la gastronomía y los vinos chilenos. “Nos gustaría darle un espacio destacado a la obra de Violeta Parra”, propone Santiago Urzúa. “Nos interesa juntar lo antiguo con lo nuevo, una comunión no usual en Chile. En ese sentido, nos sentimos pioneros”, agrega Paula Urzúa.

La gestora se entusiasma porque sabe que la historia atraviesa al inmueble: fue diseñado para la familia Ovalle Vicuña por Lucien Henault, arquitecto invitado a Chile en 1856 por el almirante Blanco Encalada. Además de albergar al Partido Conservador, cobijó al Club de Señoras de Santiago, fundado en 1915 por Delia Matte, Inés Echeverría (escritora que bajo el seudónimo de Iris sorteó los prejuicios de la época), Elvira Santa Cruz (Roxane), Luisa Lynch y Amanda Labarca.