Construyen primeros edificios residenciales con sello “verde”

Tendrán paneles solares y plantas de tratamiento de aguas instaladas en el patio de los recintos.

por Benjamín Blanco (La Tercera 4/10/ 2011)

Imagine un edificio de departamentos donde el agua se calienta gracias a paneles solares instalados en el techo y donde los muros tienen aislación térmica, lo que permite minimizar el uso de calefacción. A eso, súmele que las principales zonas habitables de las casas están orientadas de tal manera que la luz solar llega durante todo el día y que el agua utilizada para el regadío del pasto es la misma que se utiliza para lavarse las manos luego de pasar por una planta de tratamiento de aguas grises instalada en el patio del edificio.

Estas son algunas de las cualidades sustentables que tendrán los primeros edificios residenciales “verdes” que se construirán en Santiago y que podrán postular al codiciado sello Leed (Leadership in Energy & Environmental Design). Esta certificación, entregada por el US Green Building Council (USGBC) de EEUU, reconoce el estándar de desempeño energético y medioambiental en una construcción. En la capital ya lo poseen cuatro edificios, entre ellos la torre Titanium, y cerca de 20 esperan tenerlo entre el 2012 y 2013.

Sin embargo, son únicamente edificios de oficinas. Sólo a partir de este semestre un santiaguino podrá adquirir una vivienda con estas características, aunque podrá vivir ahí a partir del segundo semestre de 2012, cuando sean entregadas.

Casa sustentable

Los pioneros en la capital son tres. Un edificio de uno y dos dormitorios ubicado en calle Rafael Sanzio, en Las Condes, y un condominio de siete torres emplazado en Av. San Francisco de Asís, en San Carlos de Apoquindo, ambos de la Inmobiliaria Aconcagua. A estos se suma una construcción de la empresa Paz Corp, ubicada en Av. Américo Vespucio, entre Espoz y Av. Vitacura.

“Apostamos por este sello, porque hay un mercado de gente joven, más informada, que sabe cuáles son las tendencias que hay fuera del país”, dice Marcos Camsen, gerente de Innovación de Paz Corp.

El ejecutivo destaca, además, que un edificio con sello Leed también trae consigo un ahorro para el cliente “En este edificio se consumiría hasta un 18% menos de energía eléctrica, por la orientación de los departamentos, y hasta un 33% de agua, gracias a sanitarios con doble descarga, grifería de bajo consumo y un estanque de acumulación de aguas lluvia”, comenta.

Diferencias y similitudes

Para otorgar el sello Leed en una vivienda, el USGBC realiza una calificación por puntos en diferentes aspectos, como, por ejemplo, el ahorro de agua y energético del edificio, el uso de materiales reciclados, el emplazamiento y la calidad del aire al interior del edificio, especialmente para evitar que se filtren olores y garantizar un recambio de aire fresco.

Para Rolf Sielfeld, socio de Energy Arq, empresa que asesora a Inmobiliaria Aconcagua en la búsqueda de la certificación Leed, la gran diferencia entre los criterios y estrategias para certificar edificios de oficinas y aquellos de uso residencial está en el distinto uso y funcionalidad que tiene la energía que abastece el edificio. “En una oficina lo principal es lograr un confort para los usuarios a través de minimizar el consumo energético en climatización e iluminación artificial, mientras que en un edificio residencial las prioridades son minimizar el consumo en calefacción y agua caliente sanitaria, comenta.

En el caso de los dos proyectos de Inmobiliaria Aconcagua, Juan Pablo Domínguez, gerente técnico y de desarrollo de edificios, explica que ambos son muy similares a la hora de conseguir la certificación Leed, a pesar de que el proyecto de Rafael Sanzio está destinado a profesionales jóvenes y el de San Francisco para familias más numerosas. “En las terrazas habrá celosías, para que la radiación del verano no afecte a los habitantes, mejorando el confort térmico de los departamentos; tendrá estacionamiento para bicicletas y el 10% del material usado será reciclado, principalmente acero de Gerdau Aza”, explica Juan Pablo Domínguez, de Inmobiliaria Aconcagua.