Identidad Urbana en Zonas Marginales: camino a la resignificación del territorio.

Mural Población Santiago de La Nueva Extremadura, El Castillo, La Pintana. Fuente: Ignacio Uliarte

Por Ignacio Uliarte P*.

La puesta en valor de los temas Patrimoniales, de Memoria e Identidad, se ha mostrado como una herramienta exitosa hacia el posicionamiento de Barrios, a través de su definición en el imaginario colectivo de la ciudad. Esta herramienta ha ido capitalizando los beneficios de una Identidad Urbana y en ocasiones ha permitido revertir procesos de degradación barrial, como ha pasado en los barrios Bellavista, Yungay o Italia.

Sin embargo, estos mecanismos de recuperación de barrios, se ha presentado en lugares centrales, con un cierto interés arquitectónico y peso histórico relevante. ¿Qué sucede en este ámbito con las zonas marginadas y segregadas de la ciudad que carecen de una Identidad Urbana clara? ¿Es la Identidad Urbana capaz de rescatar el destino de un barrio marginal?

*Ignacio Uliarte es Licenciado en Arquitectura con D.A. en Diseño Urbano PUC.

Cundo se habla del término “identidad”, puede que quede definido como un término elevado, lejano o incluso un poco inaccesible, no haciéndose fácil entender cómo un término tan abstracto puede cambiar el destino de barrios y ciudades. Sin embargo, la Identidad en términos generales, es la apreciación que hacen los habitantes, los vecinos hacia sus barrios, el conjunto de conocimientos y experiencias que se plasman en el espacio público, junto a todo lo tangible e intangible concerniente a la historia de las comunidades que habitan esos lugares.

La importancia de tener una Identidad Urbana clara, concisa y pertinente, deriva en que ayuda a la construcción de la Memoria de las comunidades, como también aumenta el arraigo y la “deseabilidad” del barrio como destino.

Barrio Italia, ejemplo de capitalización de la Identidad hacia la reconversión de un barrio Fuente: Equipo Plataforma Patrimonio

Si bien hasta ahora parece bastante lógico, la identidad es crucial para el arraigo de sus habitantes, pero ¿qué pasa cuando la Identidad no es tan clara, o incluso pareciera ser inexistente? ¿Cuándo la historia de conformación de una comunidad impide que se generen lazos identitarios y de arraigo?

La situación de los Barrios Periféricos de Santiago Sur, son de este orden. Zonas segregadas, producto de las erradicaciones masivas de fines de los 80 y principios de los 90, que si bien solucionó el problema habitacional, hoy nos deja enfrentados frente a un problema tal vez más trascendente, la vinculación del habitante con su territorio y la forma que tiene de relacionarse con el espacio público y colectivo.

Población La Primavera, La Pintana, ejemplo del estado del Espacio Público en Zonas Marginales. Fuente: Ignacio Uliarte

Barrios como El Castillo en La Pintana, o Bajos de Mena en Puente Alto se caracterizan por la gran desvinculación existente entre los habitantes y el territorio. Las erradicaciones hacia estos sectores produjeron una ruptura de lazos laborales y afectivos, homogeneidad social y concentración de pobreza, lo que en términos de identidad produjo finalmente un bajo nivel de arraigo y negación al espacio público.

La falta de arraigo, es uno de los mayores problemas de estas zonas marginadas, ya que la apropiación del territorio y sentidos de identidad se manifiestan segregativamente. Vale decir, se busca la identidad en agentes externos, como las barras bravas, delimitando las zonas, y excluyendo a forasteros.

A pesar de lo anterior, hay elementos de Identidad existentes y latentes, y a pesar de que el proceso de erradicación fue duro, este aún se presenta como parte de la memoria colectiva de las comunidad, e indica un proceso histórico desencadenante de identidad. Si bien en estas poblaciones no hay jerarquías espaciales, si existen lugares de Memoria y de densidades simbólicas para las comunidades, por lo que es importante atender a este tipo de lugares, donde se encuentran las claves para empezar un proceso de resignificación, recualificación y recuperación de estos barrios. Iniciativas como el programa Quiero Mi Barrio, Fundación Mi Parque, o Junto Al barrio, que procuran el cuidado, mantención e incentivo de espacios públicos, son puntos de partida para la generación de estos lugares de memoria.

Buscar la Identidad Urbana de estos lugares, es ir en camino hacia una consolidación de las comunidades, y por lo tanto un desarrollo, armónico, sostenible y consecuente de los barrios.

REFERENCIAS:

– Sennet, Richard. Vida Urbana e Identidad personal.

– Campos, Luis. López Loreto. “Identidad y Memoria Urbana. Recuerdo y olvido, continuidades y discontinuidades en la ciudad”. Revista de Urbanismo nº10, junio 2004.

– Tanda, Jensy. Marrero, Manuel. “La identidad urbana como elemento estratégico del Marketing de ciudades”.