¿Cómo crear grandes lugares?

Plaza a La Aviación. Foto vía Flickr, por GEMMY RAMIREZ 2

Hace algunas semanas atrás revisábamos las necesidades que tiene un determinado sector de la ciudad para convertirse en un gran lugar, me preguntaba concretamente ¿Qué hace de un barrio un gran lugar? A partir de esto PPS plantea “El poder de los 10”, que siguiere que; cualquier gran lugar debe ofrecer por lo menos 10 razones para estar allí.

Para continuar con la búsqueda y la realización de espacios públicos exitosos y barrios integrales e integrados a la comunidad, PPS vuelve a darnos algunos principios básicos para continuar en la creación de grandes lugares. Es evidente que no existe una receta mágica, así como estas directrices no son rígidas, ni aplicacables en un 100% a todos los barrios, porque sabemos que gran parte de la actitud de cada comunidad dependerá de su cultura y de factores históricos, sin embargo nos pueden servir como una buena guía a la hora de seguir construyendo un mejor lugar para vivir.

1. La propia comunidad es el experto

El punto de partida para desarrollar un buen espacio público es integrar a la propia comunidad. Es importante identificar los talentos y las personas con mucho conocimiento del lugar y de los vecinos, y de las tradiciones o hábitos del sector. Es fundamental aprovechar todo este conocimiento para comprender los temas críticos y los que es más significativo para dicha comunidad. Con esto estaremos potenciando el sentido de pertenencia de los propios habitantes del lugar.

2. Crea una comunidad, no un plano
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Como nuestro objetivo es crear un comunidad y no sencillamente un lugar, hay que “amoblar” y acomodar el espacio según las necesidades de los vecinos. Los elementos físicos, tales como las bancas o jardines, no sólo deben estar presentes sino que tienen que ser lo más apto posibles para dicha población ¿Qué quiero decir con esto? Con esto necesitamos diferenciar el rango etario de la comunidad, ya que la posición y el tipo de banca dependerá de su usuario, es decir, es hay bancas más amigables para los abuelos que otras más cotidianas. Lo mismo rige para las veredas y soleras que muchas veces necesitan a cota cero (aunque el tema de la cota cero debiera estar siempre presente sabemos que hay sectores en que las condiciones climáticas no lo permiten). Los elementos que se introducen deben dar un sentido de confort y agradable recibimiento a las habitantes con el objetivo de crear un lugar con un fuerte sentido de pertenencia e identidad en esa comunidad. De la misma forma las actividades y usos del lugar suman algo más que la suma de las partes sino que forman la propia comunidad. Según los expertos de PPS esto es fácil y hasta casi obvio al mencionarlo, pero es bastante difícil de lograr.

3. Busca socios

Sin duda, para todos los proyectos de ciudad, o de barrios, es fundamental tener socios.  Estos te pueden servir no sólo para empoderar a los habitantes de su propio lugar o para pedirles una lluvia de ideas, sino también son de gran utilidad para conseguir el apoyo de agentes importantes, es decir el éxito del propio proyecto. Grandes aliados pueden ser las instituciones locales, los museos, las bibliotecas o los colegios o escuelas del sector.

4. ¡Observa! Podemos ver mucho simplemente observando

Todos podemos aprender mucho de los éxito de proyectos similares, pero también de los fracasos. Al observar cómo se usan (o no se usan) los espacios públicos, podemos descubrir qué gusta o no gusta de ellos. Esta es una forma rápida y conveniente (evidentemente no tan precisa) de evaluar algunas propuestas para trabajar o no. Luego, cuando los espacios se construyen es importante no dejar de observar cómo evolucionan  para saber cómo administrarlos a través del tiempo, incluyendo las eventualidades de la contingencia.

5. Visualiza la comunidad

Aunque suene trivial, es necesario visualizar la comunidad que se quiere tener, con esto no olvidemos que nos estamos refiriendo a la comunidad de una plaza, un parque, un paseo peatonal, etc. Uno de los factores claves en esta visualización es identificar que actividades podrían estar sucediendo en dicho espacio. Es fundamental inculcar el sentido de orgullo de contar con dicho lugar entre todas las personas que viven y trabajan alrededor.
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6. Comienza por las flores:  más ligero, más rápido, más barato

La complejidad de los espacios públicos es tal que no se puede pretender realizarlos en meses o en un par de años, hay lugares y planes donde el tiempo que se estima son 9 años de desarrollo. Pero como hay que empezar por algo, es recomendable experimentar con las mejoras a corto plazo, que pueda ser testeado y refinado con el pasar del tiempo. Elementos como estos pueden ser: asientos, cafés al aire libre, arte público, refugios peatonales, jardines comunitarios, entre muchos otros.
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7. Triangula
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“La triangulación es el proceso por el cual un estímulo externo proporciona un vínculo entre las personas y pide ajenos a hablar con extraños, como si se conocieran entre sí” (Holly Whyte).
En un espacio público, la elección y la disposición entre los distintos elementos y su relación entre ellos se puede poner en marcha el proceso de triangulación. Por ejemplo, si un banco, una papelera y un teléfono se encuentran en conexión entre sí, cada uno puede recibir un eso muy limitado, pero cuando se ponen en conjunto con otros servicios, tales como, un carrito de café, es natural que atraerá a la gente.

8. Hay personas que siempre van a decir, “Esto no se puede hacer”

En la creación de buenos espacios públicos inevitablemente te vas a encontrar con diversos obstáculos, de partida porque casi, ni en el sector público ni en el privado se preocupa de crear comunidad en los espacios públicos. Esto también se debe porque nadie tiene el trabajo de “crear espacios públicos”, ya que los profesionales que desarrollan estos planes tiene profesiones muy específicas, que, como es lógico, visualizan sólo un pilar de todo el proyecto, como por ejemplo, los ingenieros expertos en tránsito, los diseñadores, los arquitectos, etc. La misión es integrarlos de manera tal que se pueda dar importancia al lugar como un todo, pero a la vez integrado a su entorno, y no como las suma de las partes.

9. El diseño tiene que ser compatible con la función

La entrada de la comunidad y los socios potenciales, comprender cómo otros utilizan y le dan funcionalidad a los espacios, la experimentación y la superación de diversos obstáculos, así como los detractores del proyecto, son fundamentales a la hora de potenciar la función con el diseño. Aunque éste sea muy importante, los elementos funcionales son importantes para la visión de futuro del espacio.

10. Integra la comunidad en la producción de las actividades y servicios
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Por ejemplo una vez que se ha invertido en la infraestructura básica de los espacios, los elementos que se agregarán los harán funcionar (vendedores, cafés, flores, etc) recobrando parte de la inversión inicial. Idealmente se pueden lograr grandes espacios públicos y actividades en ellos si la comunidad se integra en ellos y toma roles en la programación y servicios del lugar. Es una forma de hacerlo relativamente autosustentable.

11. Una advertencia:  esta tarea nunca se acabará

Como ya hemos mencionado en varias ocasiones en Plataforma Urbana, los buenos proyectos pueden demorar años en ejecutarse y luego desarrollarse. Es por eso que al pensar en sus espacios públicos o lugares para su comunidad hay que estar abierto al cambio y la constante evolución. Es fundamental estar atento a las nuevas necesidades, a la contingencia, a las nuevas tecnologías, y tener una gestión lo suficientemente flexible para construir grandes ciudades, barrios y pueblos a lo largo del tiempo.