Carta de la semana: “Decapitar la capital”

En la carta de esta semana titulada “Decapitar la capital”, publicada por el diario El Mercurio el viernes 1 de julio, Esteban Tomic habla sobre los tiempos necesarios y la forma de lograr la descentralización de Chile.

Señor Director:

El editorial del 29 de junio, bajo el título “Repensar el sistema municipal”, se refiere a las deficiencias del sistema municipal, atribuyéndolas a “la falta de voluntad política para avanzar en una descentralización enérgica”. Comparto enteramente dicho diagnóstico y me pregunto a qué se debe esa falta de voluntad política.

Tengo una opinión: Santiago ha crecido desmesuradamente. Hoy es un monstruo que alberga al 40% de la población de Chile, que pide ser alimentado con energía proveniente del extremo sur y que quiere ensanchar su radio urbano en 10 mil hectáreas adicionales. Descentralizar nuestro país pasa -antes que por empoderar a los municipios- por reducir sustancialmente el tamaño de la capital. El empoderamiento de las regiones y las administraciones locales vendrá como una consecuencia inmediata de esta decisión inicial.

Estoy cierto de que somos mayoría los chilenos, y también los santiaguinos, que quisiéramos ver que Santiago disminuye su tamaño con el transcurso del tiempo. Pero es justamente en este factor que reside la dificultad: ¿cómo llevar a cabo una tarea de gran complejidad que requiere de una planificación multisectorial y que tomaría una o dos generaciones para ser coronada con éxito? En otras palabras: ¿cómo decapitar gradual y efectivamente a este engendro capitalino?

Hay un punto a favor: este es uno de los pocos “temas país” que admiten ser examinados fuera de las trincheras partidarias que normalmente hacen naufragar la “voluntad política”. Debiera, por consiguiente, ser posible la realización de un esfuerzo sostenido, con objetivos claros y alcanzables, llevado adelante por todos los gobiernos, el actual y los que lo sucedan, independientemente del respectivo color político.

He aquí un campo fértil y promisorio para una experiencia de auténtica “convergencia nacional”.

ESTEBAN TOMIC