Tercera edad y acceso al transporte público en ciudades norteamericanas

Según el reporte de la organización Transportation for AmericaAging in place: Stuck without options, se observa un fenómeno social en las ciudades de estados unidos, que aunque es demográfico, tiene que ver con las ciudades.

Muchos adultos mayores, que pasan a formar una proporción bastante grande de la población nacional, prefieren vivir su vejez en el lugar en que siempre han vivido, en vez de ir a vivir a comunidades de retiro. El problema es que muchos dependen del transporte público para movilizarse, y ese aspecto está fallando.

Con un análisis urbano-demográfico, realizado por el Center for Neighborhood Technology y difundido a través de la organización Transportarion for America, se dio cuenta de una previsión al futuro y de la situación que en la actualidad están enfrentando las comunidades de adultos mayores en distintas ciudades de los Estados Unidos.

El estudio se basó en datos de varias área metropolitanas, de distintas dimensiones, considerando la proporción de población de edad avanzada en cada una, y sus facilidades de acceso al transporte público. Se incluyó una comparación entre la situación en el año 2000, y una proyección a 2015. Ciudades y zonas metropolitanas como Atlanta, Riverside-San Bernardino, Houston, Detroit, Kansas y Oklahoma fueron clasificadas según su cantidad de habitantes, y se estableció un ranking de acuerdo a los porcentajes que en cada una habría de adultos mayores con un acceso pobre a opciones de transporte que no sean manejar el auto propio.

Las cifras más alarmantes las presenta la ciudad de Atlanta, de entre las más pobladas (sobre 3 millones de habitantes): para 2015, el 90% de los adultos mayores en la ciudad vivirían en barrios con pocas opciones de transporte.

Para una sociedad que acostumbra a utilizar el automóvil de forma cotidiana, puede ser complejo adaptarse al cambio de vida que significa envejecer, que se reduzcan las capacidades para conducir o incluso no poder seguir costeando un automóvil propio. Aunque en Chile no son los adultos mayores al volante quienes provocan más accidentes, sino los jóvenes, según la prensa norteamericana, el riesgo de tener un accidente o provocarlo aumenta después de los 65 años.

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Así como hemos visto en Chile en el último tiempo un gran movimiento guiado por organizaciones civiles en pro de la accesibilidad universal urbana, esta es una cualidad que también debiera extenderse a los sistemas de transporte público, los buses, el metro y sus accesos, teniendo en cuenta que, en algún momento de nuestras vidas, todos vamos a ser discapacitados.

El proyecto independiente All Age City plantea algunas soluciones que pueden implementarse en las ciudades, para que sean inclusivas con todas las edades y todas las capacidades físicas.

Las soluciones que plantea el reporte  pasan, en su mayoría, por un llamado a las autoridades públicas locales, para que refuercen los planes de transporte público, incluyendo un análisis de los recorridos, el estado de buses, metros y trenes y la cercanía de paraderos de zonas con necesidad. Y estas necesidades tenderían a aumentar, considerando que en la mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo la población se va haciendo progresivamente más vieja, estancándose las proporciones de gente más joven.