Proyecto urbano: ciudades norteamericanas planean reemplazar autopistas por espacios recreativos

Vía 8664org. Propuesta para el waterfront de Louisville

Solemos creer, y es efectivo, que una ciudad que quiere desarrollarse y crecer necesita autopistas: varias, rápidas y bien planificadas. Pero en siete ciudades norteamericanas están pensando precisamente lo contrario: echar abajo las carreteras, en su mayoría costeras, para dejar lugar a la edificación de casas y la habilitación de zonas de recreación.

El motivo principal es que es costoso mantener las autopistas, no se obtienen suficientes ganancias por su uso y se pueden vender los terrenos para el desarrollo inmobiliario. Después del salto, conoce en qué ciudades y cómo planean implementarse estos proyectos urbanos.

Algunas son autopistas que están llegando al fin de su vida útil, pero en vez de arreglarlas se pretende simplemente echarlas abajo. Aunque los costos de rehabilitarlas como barrios o corredores peatonales, con perspectivas de desarrollo comercial significarían ganancias para la ciudad, en vez del gran gasto de reparar estas grandes autovías, hay detractores de estas iniciativas.

El caso de la autopista Park Freeway en Milwaukee muestra que los resultados de decidir demoler las autopistas son inciertos. La carretera comenzó a ser construida entre los años 50 y 60, como un gran proyecto, pero para después del 2000 la obra estaba semi-terminada, semi-cancelada y sólo operativa por segmentos.

En 2003 se decidió echar abajo una sección y construir calles y boulevares, con un costo de 30 millones de dólares; arreglarla costaría entre 50 y 80. En esta ciudad no se ha visto un desarrollo como el esperado, pero en San Francisco se revitalizó un barrio entero al demoler la Embarcadero Freeway en los años 90. Este video muestra el proceso y el resultado

Lo cierto es que, tal como las mismas construcciones de las autopistas, en las décadas de mediados del siglo XX, fueron controversiales en su tiempo, lo son ahora los proyectos para echarlas abajo. Son especialmente los habitantes de los suburbios, que utilizan estas vías rápidas de acceso a las ciudades, los que desaprueban los planes… mientras las administraciones locales aseguran que el poco uso de las vías las hace poco rentables, y sus dimensiones las hacen poco amables para la vida urbana: en la mayoría de las ciudades se proyecta reemplazar las vías, muchas costeras, por zonas verdes y espacios públicos de recreación, que permitan revitalizar el waterfront urbano y a la vez la vida de barrio.

Bajo el paso de la autopista Clairbone, en New Orleans el panorama es este, una larga vía de columnas de cemento

Existe incluso un movimiento, el Highways to Boulevards, que de la mano del Congress for the New Urbanism pretende mostrar cuáles son las iniciativas que han dado resultado y cómo han favorecido a la calidad de vida urbana. Y este estudio, completo on-line, muestra el ejemplo de algunas ciudades que han emprendido el reto.

Los proyectos en algunas ciudades no dejan de ser problemáticos, pero a pesar de que algunas propuestas han quedado estancadas, la idea ha podido expandirse en alguna medida.

En Baltimore, en 1974 se construyó la coloquialmente llamada “carretera a ninguna parte”, que termina en una colina, arrasando con 700 viviendas y provocando el desplazamiento de cerca de 2 mil personas, en su mayoría poblaciones afroamericanas…hoy es una zona habitacional semi abandonada y con altos índices de pobreza. A través de la Ley de Recuperación y Reinversión se invirtieron cerca de 3 millones de dólares para eliminar la carretera y habilitar barrios con acceso a servicios y a vialidad pública; las demoliciones empezaron el año pasado.

Vía plainview3d.com, un estudio de distintas formas de recuperar la Higway to nowhere en Baltimore. La imagen de arriba es el estado actual de los alrededores de la vía.

En Cleveland se dio el caso de un proyecto ambicioso, que fue frenado por la opinión pública. Se pretendía reformar totalmente la vía que conecta el centro de la ciudad con el borde costero, un sistema de puentes pobremente iluminados que va a la costanera: se iba a construir un boulevard, parques, oficinas y viviendas. En vez de eso trabajará sólo en la mejora de los túneles para tránsito peatonal.

New Orleans podría aprovechar el impulso de reconstrucción post-Katrina para recuperar un barrio que fue perjudicado por la construcción de la Claiborne Expressway, en los años 50. El levantamiento de esa vía provocó el desplazamiento de familias y de cientos de comercios, y hoy son entre 35 y 40 cuadras deterioradas.

Vía carfreeinbigd.com. Imagen del antes y después del proyecto

En un terremoto de 2001, la Alaskan Way Viaduct en Seattle resultó seriamente dañada. El proyecto de reemplazarla por un túnel que costaría 4,2 billones de dólares ha sido bastante polémico, y está entrampado por una serie de conflictos legales. El alcalde de la ciudad considera urgente la demolición de la carretera, ante el peligro que representa en otro terremoto, y apoya la opción de reemplazarla por una obra a nivel de la calle.

En New Haven ya se tienen los fondos para convertir una parte de la Ruta 34 en un boulevard urbano con amplias veredas, calles más estrechas y ciclovías. La ciudad recibió un presupuesto de 16 millones de dólares, generará 960 puestos de trabajo permanentes e incorporará 11 acres de terrenos que pueden ser desarrollados.

Vía downtowncrossingnewhaven.com. Proyecto de recuperar cruces peatonales y espacios públicos en New Haven

Otras ciudades que pretenden renovarse son Buffalo y Louisville, centradas principalmente en recuperar las riberas de los ríos, a través de la construcción de miradores, paseos peatonales y áreas verdes.