El espacio público y el desarrollo de las democracias

Imagen de la marcha en contra de la termoeléctrica en Punta de Choros. Foto vía Flickr, por Fabiolina

Como hemos mencionado en reiteradas ocasiones los problemas iniciales del Transantiago no sólo nos trajeron dolores de cabeza, sino también una potente secuela positiva. Los usuarios de este nuevo transporte, al verse profundamente afectados, decidieron manifestarse, protestar, en otras palabras, se empoderaron. ¿Y cuál es el resultado? Hoy protestan los ambientalistas, los ciclistas, los que no quieren que se cierre la Galería Gabriela Mistral, los defensores del patrimonio, en otro sinnúmero de organizaciones civiles. Es evidente que esto no es sólo producto del Transantiago, sino también de las libertades que ha recuperado nuestra democracia y de la gran ayuda que nos brindan las nuevas tecnologías, internet y las redes sociales.

Sin duda, levantamientos como el de Túnez o el de Egipto han sido propagados y prácticamente transmitidos en vivo por redes como Twitter o Facebook. Pero antes de la existencia de estas herramientas los ciudadanos también se rebelaban, se unían y manifestaban en contra de las situaciones que consideran injustas e incorrectas y ¿dónde ocurría eso? en los parques, en las explanadas, en los centros cívicos o en cualquier calle, es decir en el espacio público.

Imagen de la Plaza de Tahrir tras la salida de Hosni Mubarak. Foto vía Flickr, por Globovision.com

No quiero hacer una línea de tiempo de las míticas manifestaciones que se han perpetuado históricamente en las plazas públicas. Pero no puedo dejar de mencionar las protestas en la plaza de Tiananmen, en Beijing, y las manifestaciones Plaza Wencelao, en Praga. Estos hechos, que han marcado sociedades, se han visto potenciados y fomentados producto de contar con un espacio público, donde el descontento encuentra lugar para el avance de las iniciativas ciudadanas.

Es lamentable que en muchas comunas de nuestro país, estos espacios públicos donde las iniciativas ciudadanas espontáneamente han enraizado la democracia se han ido perdiendo. Las privatizaciones y ventas de áreas verdes, como el caso del Parque Araucano en Las Condes, van mermando en alguna medida el diálogo ciudadano, en beneficio de unos pocos empresarios. Como se señala en Blog de PPS, no se puede organizar una manifestación, repartir volantes, o hacer circular una petición en un centro comercial sin la autorización de los responsables, que casi seguro que dicen que no, porque no querrán distraer la atención de los compradores de los productos de una determinada galería o mall. Y ojo, que esto no se trata de sublevar a las masas y fomentar la destrucción, que algunas veces se provoca en las manifestaciones, me estoy refiriendo al derecho que tiene las personas a agruparse y manifestarse sobre distintos planes para su ciudad.

Sin duda que esta relación espacio público – democracia da para varios artículos más, pero por lo pronto habría que preguntarse, ¿cómo estamos defiendo nuestros espacios públicos? Que a su vez nos permiten defender otras causas. ¿Cómo está siendo ocupados los espacios cívicos de mi comuna? ¿Cómo es la política de fomento del uso y cuidado de estos espacios en mi comuna?