El peso de los usuarios demanda nuevas medidas de seguridad en buses norteamericanos

Al parecer, la configuración de nuestras ciudades tiene una influencia no menor en nuestra salud diaria. Eso puede ser más evidente, por ejemplo, en la cantidad de smog o ruido que recibimos a diario de nuestra ciudad; pero es menos evidente que pensemos que la ciudad influye en nuestro peso.

Hace un tiempo les contamos que la disposición de los barrios, al hacer caminar más o menos a sus habitantes, tiene alguna incidencia en el peso que tenemos. Ahora, nosotros con nuestro peso y nuestro cuerpo también podemos modificar los elementos urbanos. En Estados Unidos, la autoridad en transporte está pensando en rediseñar las normas de seguridad para el transporte público, ya que los ciudadanos se han vuelto en promedio más pesados.

La Federal Transit Authority de Estados Unidos (una división del Department of Transportation, que equivale a nuestro Ministerio de Transportes) anunció que deberá rehacer algunas normas y disposiciones de seguridad para los buses del transporte urbano. Esto debido a que el peso promedio de los usuarios ha aumentado, y el peso que puede llevar en total un bus es limitado

Según cálculos de la FTA, el peso promedio de un pasajero ha aumentado de 68 a 79 kilos y medio. La primera medida corresponde a estudios de salud hechos en 1960-1962. Ahora, el panorama ha cambiado: el Center for Disease Control and Prevention calcula el peso promedio de un hombre mayor de 20 años en 88 kilos, y en casi 75 kilos para las mujeres. La FTA asume entonces que 79 kilos es un peso relativo para crear autobuses piloto, con nuevas medidas de seguridad, para hacer pruebas.

Otros expertos, sin embargo, estiman que la cifra es mayor. Joseph Schwieterman, estudioso del transporte y director del Chaddick Institute for Metropolitan Development de la Universidad DePaul, en Chicago, especifica que “no pocos pasajeros” podrían llegar incluso a los 90 kilos o más.

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Y con el aumento de los precios de la bencina, la agencia gubernamental constata que el número de usuarios del transporte público va en aumento. Entonces, han pensado en aumentar el espacio interior de los buses, asumiendo una circunferencia mayor por cada pasajero: considerarían añadir un cuarto de un pie cuadrado de espacio a los buses por cada pasajero. Otra opción, que no implicaría rediseñar nuevos buses, sería reducir la capacidad de pasajeros por bus.

Lo cierto, y lo reconocen las autoridades, se necesita un cambio, ya sea de diseño o capacidad, debido a que el aumento de la demanda es efectivo, y si no se introducen modificaciones, el sistema podría no dar abasto.

Fuente: USA Today