Carta destacada de la semana: “Bicicletas en Santiago”

© camwardrobe.blogspot.com

Durante la semana, el tema de las bicicletas y la ciudad generó un nutrido debate en las cartas al director de los diarios La Tercera y El Mercurio. Hubo muchos lectores expresando sus opiniones, pero escogimos esta para reproducirla, por ser minuciosa y propositiva.

Fu escrita por Juan Ignacio Baixas, Director de la Escuela de Arquitectura UC, y apareció en El Mecurio el día 31 de enero.

Señor Director:

Sin importar lo que digan expertos y opinantes es un hecho que en Santiago, así como en muchas grandes ciudades, un número cada vez mayor de personas optamos por la bicicleta como un medio de transporte, de paseo y de deporte.

Y esto sucede a pesar de lo incómodo y peligroso que puede ser en una ciudad como la nuestra en que se nota la poca preocupación de aquellos que le dan forma por este tema y también una cierta intolerancia entre los distintos usuarios del espacio público.

Las razones de este creciente interés por este medio de transporte a pesar de las dificultades que conlleva son simples:

a) En horas de congestión los tiempos de traslado son similares a los de otros medios y su costo es menor.

b) Si bien es obvio que se requiere un esfuerzo físico mayor que en el transporte motorizado, esto queda ampliamente compensado por los beneficios de una vida saludable a la cual dicho ejercicio contribuye. Aprovecho de mencionar que las bicicletas modernas permiten sin gran esfuerzo superar pendientes similares a las de los vehículos motorizados.

c) Contribuir al ahorro energético y a la descontaminación no deja de ser una buena razón.

La situación provocada por el aumento de los ciclistas urbanos comienza a hacer crisis allí donde la bicicleta comparte espacios con los vehículos motorizados o con los peatones generando conflictos que desincentivan a algunos. Esto nos hace pensar que en la medida que este medio sea acogido en las obras urbanas, solucionando tales conflictos, la cantidad de ciclistas aumentará radicalmente y esto podría sonar interesante para los especialistas en transporte urbano.

No quiero decir que vayamos a llegar a extremos como el de Copenhague, que con un clima durísimo ha logrado que el 40% del transporte se haga en bicicleta, pero sí creo que una ciudad debe acoger las iniciativas de sus habitantes que beneficien su calidad de vida.

Algunas consideraciones de cómo nuestros proyectos u obras urbanas deberían facilitar el transporte en bicicleta son las siguientes:

-Crear continuidades en las ciclovías. Si bien en Santiago hay una cantidad apreciable de ciclovías, estas son discontinuas, por lo que generan zonas de conflicto. Un modo de lograr estas continuidades es uniendo algunos parques o áreas verdes para generar redes que contengan paseos peatonales y ciclovías. El elemento central de esta red de parques debería ser el sistema de parques del río Mapocho que uniría todo Santiago en sentido Oriente-Poniente.

-Solucionar puntos conflictivos para las bicicletas como cruces vehiculares con viraje simultáneo y pasarelas peatonales sin rampa.

-Crear paraderos-custodias para las bicicletas relacionados al sistema de transporte público. Estos estacionamientos deberían ser también puntos de acceso a bicicletas públicas como las que ya han implementado con éxito algunas comunas.

Por último, nada de esto será posible sin el fomento de dos virtudes fundamentales en los habitantes de cualquier gran ciudad: el respeto y la tolerancia.

Juan Ignacio Baixas
Director Escuela de Arquitectura UC