Tarificación vial y nuevas tecnologías podrían evitar congestión en sector oriente

A comienzos del próximo año se realizará un análisis para cuantificar el nivel de congestión en las comunas de Providencia, Las Condes y Vitacura.

por Benjamín Blanco
(La Tercera – 18/11/2010)

Varias son las opciones que maneja el Ministerio de Trasportes para mitigar la congestión vial en el sector oriente de Santiago. Una de ellas es tarificar las zonas más atochadas de la ciudad. Es por esto que durante el verano de 2011 se realizará el primer estudio que analiza el comportamiento vehicular en un área donde eventualmente podría aplicarse este sistema.

El estudio, que ya fue licitado, medirá el flujo de automóviles en una macrozona del sector oriente de la capital, comprendida por las calles Pedro de Valdivia, Eliodoro Yáñez, Av. Colón, Manquehue, Av. Kennedy y Los Conquistadores, incluyendo el barrio de “Sanhattan”. Dentro de esta zona se realizará un conteo de viajes en 100 intersecciones semaforizadas durante cuatro horas diarias y tres días de la semana, para cuantificar el nivel de congestión en la ciudad.

“Este primer estudio, que llamamos estudio táctico, recoge información en detalle sobre la circulación de los vehículos en distintos períodos del día y distintos movimientos. Cuando se instala uno de estos sistemas de tarificación, se necesita saber lo que pasa en casi cada una de las esquinas”, explica la subsecretaria de Trasportes, Gloria Hutt.

“Además, la selección del lugar debe ser bastante precisa. Uno de los requisitos básicos para que funcione la tarificación es que exista suficiente congestión y que haya gente interesada en pagar por sus ahorros de tiempo. Con eso se podrían generar ingresos para mejorar el trasporte público y la vialidad. Por eso son importantes estos estudios preliminares”, agrega.

Una vez terminada esta primera etapa, y luego de que se detecten los cruces más congestionados (a mediados del primer semestre de 2011), comenzará una segunda etapa, en la que se desarrollarán microsimulaciones de flujo en los lugares específicos donde se aplicaría la tarificación. “Finalizados los estudios tenemos que analizar los resultados, lo que, además, nos ayudará a comprender cómo reaccionarían los usuarios en los sectores donde se podría aplicar el sistema. Por ejemplo, si se utiliza en una zona de oficinas, donde este tipo de gastos los pagarán los empleadores, el sistema sería indiferente para los usuarios y el efecto sería muy bajo”, comenta Hutt.

Sobre la posibilidad de que se llegue a aplicar esta medida, la autoridad recalca que no es la única opción para mitigar la congestión: “Creo que las mejoras pueden ir en dos líneas. Una son las nuevas tecnológicas, dando información, idealmente en línea, para que se tomen buenas decisiones en los viajes. Esto incluye semáforos inteligentes, información directa a las personas y vías reversibles. La otra es desarrollar ofertas alternativas que no sean sólo autos, como consolidar las ciclovías”.

Opinión de expertos

Según Juan Enrique Coeymans, académico de la UC, no existen impedimentos tecnológicos para aplicar la tarificación en Santiago. “Tenemos una experiencia de nivel mundial con nuestras autopistas concesionadas, de manera que técnicamente es posible implementar el sistema”, explica.

Sin embargo, advierte que la medida puede ser impopular, a pesar de que en otros países trajo réditos políticos a quienes la aplicaron. “El alcalde Livingston, de Londres, aumentó su popularidad con la tarificación vial en el centro de Londres, porque todos los usuarios experimentaron reales mejoramientos”, recalca.

Para Enrique Vial, planificador de la Universidad Andrés Bello, la tarificación “es un sistema que racionaliza un recurso escaso” .”Es un tema complejo e impopular, pero podría tener un impacto positivo en la ciudad si es explicado con simplicidad”, finaliza.