La estatua de 7 metros de Juan Pablo II estará lista en un mes

La polémica obra de Daniel Cordero se está soldando por separado: el cuerpo, en la Fundición Industrial Jofré, y la cabeza, en el estudio La Obra, en Quinta Normal.

por Consuelo Terra
(La Tercera – 06/10/2010)

En el estudio de fundición en bronce La Obra se están trabajando por separado los dedos del Pontífice

Luego de la decisión del Consejo de Monumentos Nacionales que en diciembre pasado rechazó la instalación del monumento de 12 metros del Papa Juan Pablo II en la Plaza Juan Gómez Millas, por “romper la armonía urbanística del barrio Bellavista”, el escultor Daniel Cordero siguió adelante con el controvertido proyecto, impulsado por la Municipalidad de Recoleta y la Universidad San Sebastián.

Desde febrero pasado, el artista y un equipo escultor de 10 personas están dedicados todos los días, de 8.30 AM a 6 PM, al delicado proceso de fundición, soldadura, pulido y limpieza de la estatua, en la que utilizaron seis mil kilos de bronce fundido y 1.000 kilos de acero industrial para el enrejado interior que refuerza la estructura y la ancla a la base de hormigón.

“La fundición industrial es un proceso más tosco, que requiere limpiar todo lo que sobra, limar con esmeriles eléctricos en un trabajo muy minucioso y lento, para el que tenemos soldadores especializados en bronce”, dice Cordero.

La escultura se está trabajando por partes y sus piezas están divididas en dos lugares: el cuerpo en la Fundición Jofré, ubicada en la comuna dePadre Hurtado (donde se realizó un proceso de fundido industrial para el cuerpo de Juan Pablo II), y el estudio de fundición en bronce La Obra, en Quinta Normal. En este último lugar se están terminando las partes con los detalles más finos, como la cabeza, las manos y el crucifijo. Todo, con la técnica de fundición a la cera perdida. “Se llama así, porque ellos funden un original en un molde de cera y en este proceso ésta se pierde, pero se recupera el molde para tener el positivo en bronce. Y tiene unas terminaciones más delicadas que la fundición industrial no da”, explica Cordero.

Octavio Román, escultor que ha liderado al equipo de ayudantes que trabaja en la escultura desde febrero de 2009, afirma que el proceso de soldadura está avanzado en un 80% y “en un mes podría estar listo para su instalación”.

Actualmente, están en el proceso de armado de las manos, en el que cada dedo se funde por separado, se suelda y, luego, se llevan a la Fundición Jofré para unirlas a la estatua. Paralelamente, la cabeza también se está trabajando parceladamente. “De aquí a un par de semanas tendremos listas todas las piezas de la cabeza”, dice Cordero.

Según indican en la Municipalidad de Recoleta, el nuevo lugar donde se destinará la obra aún no está definido. Lo único que está claro, de acuerdo a lo que afirma el autor de la pieza, es que se quedará en la comuna.

La Universidad San Sebastián donó la escultura (cuyo costo total de creación, moldaje y fundición es de 250 millones de pesos) a la municipalidad, la que desde la gestación del proyecto, en 2007, quiso hacer un homenaje al Pontífice. “El municipio todavía tiene que determinar dónde se va a instalar y tiene barajadas varias ideas. Para eso, ha chequeado lugares públicos e, incluso, privados y, así, conformar un lugar amplio y adecuado para el tamaño de la estatua”, asegura Daniel Cordero.

La altura de la estatua será de siete metros, tal como se proyectó originalmente, y dependiendo de las características y amplitud del espacio donde finalmente se instale, se decidirá el tamaño del pedestal de hormigón. “Pero no va a ser menor a 2,5 metros”, asegura.