Carta destaca de la semana: “Seguridad de ciclistas”

Las ciudades en Chile, especialmente Santiago, se están construyendo en base a los automóviles y no en los peatones/ciclistas. Esa es la impresión que tienen dos ciudadanos que escribieron al diario El Mercurio con el objetivo de constatar esta situación.

Por eso quisimos destacar dos cartas en vez de una, porque ambas se potencian.

Las cartas son de Tomás Marín (Dirección Ejecutiva Corporación Ciudad Viva), y Diego Brieba, y fueron publicadas el 30 de septiembre y el 1 de octubre respectivamente.

Señor Director:

En relación con el artículo publicado ayer miércoles, que alerta por el alza de ciclistas fallecidos este año, y que señala que hay ciclistas que no tienen “la educación vial para desplazarse en las calles”, me gustaría señalar lo siguiente:

El grave problema de la seguridad de quienes nos desplazamos a tracción humana está más bien relacionado con la manera en que estamos construyendo la ciudad hoy, y a quiénes privilegiamos con nuestras inversiones. Nuestras ciudades están construidas a la medida de los autos, especialmente Santiago, dejando “el espacio que sobra” a peatones y a ciclistas. Es cosa de ver las fantásticas autopistas concesionadas versus gran parte de la ciclovías de nuestra capital, que no cumplen con estándares mínimos y terminan generando más accidentes que los que buscaban prevenir, especialmente en las intersecciones.

El debate que debemos tener hoy día es qué ciudad queremos: una cada vez más contaminada y congestionada, o una a escala humana, que devuelva el espacio público a las personas.

Tomás Marín

Dirección Ejecutiva Corporación Ciudad Viva

Señor Director:

Respecto de la carta de Tomás Marín del día de ayer 30 de septiembre, junto con compartir su crítica acerca de la manera en que estamos construyendo la ciudad a la medida de los autos, dejando “el espacio que sobra” a peatones y a ciclistas, me permito agregar lo siguiente. Soy peatón, y entiendo que los “espacios que sobran”, a los que alude el señor Marín, son en realidad veredas, en las que -a mi entender- prima, o debería primar, precisamente el peatón, y por lo mismo, tanto ciclistas como motociclistas, e incluso autos, deberían circular por la calzada.

Por increíble que parezca, la completa falta de respeto e imprudencia de ciclistas y, sí, motociclistas, y autos también, ha logrado convertir el único espacio seguro para peatones en un peligro que amenaza la integridad física de éstos a diario. Si bien comparto la idea de que el desarrollo de nuestras ciudades, especialmente Santiago, debería ser materia de estudio y planificación más rigurosa, no logro vislumbrar seguridad para nadie sin una fuerte inversión en educación cívica, el fomento del respeto al prójimo y la creación de una conciencia a lo largo del territorio nacional de que vivimos en espacios que tenemos que compartir, aunque no nos guste, y que nadie es dueño de los mismos como para usar o abusar de ellos a su antojo.

DIEGO BRIEBA V.