Patrimonio de la Humanidad: Completa reparación de iglesia de Quinchao a cuatro años de su cierre

(El Mercurio, 29/07/2010)

por Soledad Neira

Templo chilote construido en 1876 tenía riesgo de desplome. Costo de restauración de $420 millones lo financia el BID y estará lista en noviembre.

QUINCHAO.- A punto de concluir está la restauración de la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, de Quinchao, la más grande entre los 16 templos de Chiloé reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad y que, con 141 años, es la segunda más antigua después de la bicentenaria capilla de Achao.

La iglesia de Quinchao era también la más abandonada. El deterioro llegó a tal punto que fue cerrada en 2006, porque los feligreses tenían miedo de ingresar a ella por sus crujidos y el riesgo de desplome.

Desde su construcción, entre 1869 y 1876, los chilotes habían mantenido su estructura de madera con el trabajo que aportaban las mingas. Pero tras su declaratoria como monumento en el año 2000 fue imposible, ya que las intervenciones del edificio de 53 m de largo, 18 m de ancho y 20 m de altura requerían de autorizaciones del Consejo de Monumentos Nacionales.

Ahora la iglesia de Quinchao es el primer templo de Chiloé en ser restaurado por completo, ya que hasta ahora las intervenciones en seis iglesias patrimoniales sólo consideraron fachadas. Se invertirán $420 millones de fondos del BID.

La arquitecta Katerine Araya, de la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé, es la jefa del equipo de restauradores de dos arquitectos, 10 carpinteros y 2 jornales que restauran la estructura, trabajo que estará listo en noviembre.

“La intervención estructural es la etapa más compleja, debido al avanzado estado de deterioro que presentan las piezas por la acción de hongos e insectos xilófagos”, explica Araya.

Antes de la intervención, el edificio estaba apuntalado por sus costados, con tejuelas caídas y vidrios rotos. Incluso uno de sus muros había sufrido el impacto de un vehículo tras el choque de un conductor ebrio.

La iglesia estaba apoyada en piedras de distinto tamaño que la hacían hundirse irregularmente, por lo que debieron hacer fundaciones de concreto a 1,20 m. Sobre ellas se instalaron vigas de coigüe y se hizo un nuevo entramado para el piso de madera.

Más del 80% de la madera estructural del templo, en su mayoría tepa, fue cambiada. No así su revestimiento: más del 95% es reutilizado, pero aun así se necesitaron 90 mil tejuelas de alerce para reemplazar a las que estaban malas.

“Hemos estado cuatro años fuera. La comunidad está muy feliz. Por la importancia de Quinchao, su simbología, como instancia de encuentro. Se restaura la identidad de la comunidad y su fe”, dijo su párroco, José Andrade.

50 AÑOS

Los trabajos extenderán la vida de la iglesia por al menos medio siglo, según restauradores.