La expansión en espera: ¿Una nueva oportunidad para hacer ciudad?

Luego del a la ampliación de superficies para el Santiago urbanizable, se ha abierto una ,  desde las cuales surgen los diversos argumentos que invitan a realizar algunas reflexiones. Desde los ambientalistas, que celebraron la decisión planteando la defensa del territorio agrícola perimetral y original del valle, hasta las organizaciones empresariales de constructoras e inmobiliarias, se plantean las ventajas y equivocaciones de la decisión seudo-representativa de nuestras autoridades regionales.

Por su parte, con decisión y cobertura de medios, los pronósticos privados expanden la voz de alarma sobre el aumento del valor de los terrenos que resultará de la limitación, lo que no solo demuestra la intención de conservar una habitual rentabilidad inmobiliaria, sino también les permite declarar que “se hará inviable la construcción de nuevas viviendas sociales”, debido a la asegurada desaparición de terrenos de valor menor a 1 UF/m2″,

Cabe señalar que las 10.000 Há. que se pretendían incorporar al área urbana, al igual que la idea original de las ZODUC en la provincia de Chacabuco, deberían haber cumplido con porcentajes obligatorios pre-establecidos destinados al emplazamiento de vivienda social, planteamiento polémico que ya se detuvo alguna vez en Chicureo que cedió ante la presión por mantener ciertas condiciones de rentabilidad y segregación exigidas por las empresas inmobiliarias y algunos habitantes ya instalados, que proclamaron su disconformidad y preocupación. ¿Podría esto volver a ocurrir, pese a una aprobación condicionada?

En una mirada focalizada, la revisión de la densidad lograda por Santiago surge analizable, específicamente sobre los sitios eriazos existentes en la ciudad, los cuales pueden gatillar su requerida materialización bajo esta nueva condición de escasez, surgiendo asi la posibilidad de que los gobiernos locales regulen de un nuevo modo, evitando repetir errores y conflictos ya constatados, como la falta de participación ciudadana, destrucción del patrimonio o edificaciones desproporcionadas a su contexto.

Casualmente hoy, de 3 niveles y 70 m2 en la periferia urbana de Lo Barnechea, iniciativa municipal + Elemental, donde en un interesante diseño de conjunto, cada vivienda logró costos y calidad bastante mayores a lo acostumbrado, contra un ahorro de 50 UF por familia y un importante aporte municipal. Esto en un resultado construido sobresaliente, más digno y cada vez mas distante de las soluciones del habitual acuerdo público privado que ha ejercido el MINVU con la CChC. Respaldando entonces las recientes , regular la avaricia para mejorar la calidad de las obras, los barrios y la ciudad, se descubre el velo sobre una de las posibles causas de una falla sistémica, que resultó desde la adquisición de terrenos de bajo valor, el emplazamiento y la calidad de los conjuntos habitacionales de una política pública imperante desde antes de 1990 y que hoy en su colapso, levantó nuevas iniciativas de corrección.

v/s seguirá abierta, como también la continuidad de los instrumentos de planificación territorial y las políticas y obras públicas que desde ahí surgen, afectando a la ciudad y el territorio más allá del gobierno de turno. Los acontecimientos recientes crean un interesante contexto desde el cual, un poco atolondrados, los actores urbanos (Estado, empresarios y ciudadanos) se enfrentarán a los cambios, que parece ser una de las claras (¿e incómodas?) señales que elevan a nuestra ciudad y País a la ansiada categoría de nación desarrollada.

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  • Matías Córdoba

    El parámetro para establecer la necesidad de nuevos suelos urbanos es sencillamente impresentable. Asegurar que habrá escasez de suelo para vivienda social porque el valor de suelo urbano subirá sobre 1 UF el m2, como lo hacen los empresarios de la construcción, el intendente metropolitano y otras autoridades, sólo revela la falta de visión, de entendimiento y la tremenda injusticia social con que se mira la ciudad y a sus ciudadanos. Una realidad objetiva es la siguiente: en 1990 o antes se fija el valor máximo que pagará el MINVU por suelo para vivienda social el cual sería de 1 UF/m2; en ese entonces el ingreso per cápita en Chile rondaba los 5.000 US$. A 20 años, el valor máximo a pagar por el MINVU sigue siendo el mismo, pero el ingreso per cápita prácticamente se ha triplicado, alcanzado los 14.000 US$. Sabido es que nuestro país tiene un serio problema de distribución de la riqueza, pero los indicadores también reflejan que el país en su conjunto es más rico… ¿cómo es posible que aún se pretenda obtener suelo para vivienda social a tan bajo costo?; ¿cómo es posible que los estándares no hayan cambiado en 20 años?; ¿cómo es posible que el intendente metropolitano y la SEREMI de Vivienda pretenda seguir perpetuando esta triste realidad y esta enorme injusticia social que tanto daño hace a nuestras ciudades y a nuestra sociedad?… Es evidente que la excusa de la vivienda social para extender la ciudad, no es más que eso, una excusa que en realidad favorece la especulación inmobiliaria poniendo en riesgo la calidad de vida de la ciudad y los ciudadanos.

    • Cachupín

      Una UF de hace 20 años es equivalente a una UF de hoy. En pesos se aprecia la diferencia.

      No digo que se deba seguir pagando una UF como tope, solo que el precio disponible a pagar por el metro cuadrado es bastante mas que hace 20 años.

    • Pablo Pérez Arias

      Creo que, a primera vista, es totalmente razonable tu análisis y también es válida la acotación que se hace en la respuesta.

      La UF de por sí es un valor de referencia, es decir, si mido la UF de dos años distintos convertida a pesos de un mismo año, probablemente obtenga valores muy similares.

      De hecho, la UF de 1990, que cerró como a $7.000, lo que llevado a pesos de 2009 equivale unos $23.800, en tanto que la UF cerró el 2009 como a $21.000.

      Es decir, en 1990 una UF era más plata que una UF hoy en día, y el Sr. Echeverría y el gobierno defienden ese umbral de precio.

      Ni hablemos de cuánto han crecido los ingresos fiscales en 20 años, mucho más que el PIB.

    • Gazov

      Matias Cordoba tiene razon y no hay que confundirse por el tema de la UF. Una UF de hoy no es “mas plata” que una hace 20 años, aunque vale mas “pesos” eso solo corrige la inflacion. El punto es que cada peso vale menos. Lo que importa es el poder adquisitivo y no la cantidad de moneda, en ese sentido una UF no cambia de valor si consideramos lo que se puede comprar con ella.

      Lo que se debe tomar como referencia en este caso es el PIB por habitante, que es una medida aproximada del poder adquisitivo de la poblacion. El precio a pagar por suelos de vivienda social deberia ser una fraccion del PIB/hab, lo que ajustaria automaticamente la capacidad de compra con el aumento del precio del suelo, tendria un peso real constante en el gasto publico y habria evitado años de relegacion de las familias mas pobres a la periferia.

  • gonzalo

    otro gran punto: el estandar para la materialización de vivienda social era 8% del total. o sea, según este argumento, la ciudad estaría creciendo “de sobra” un 92%.
    no puede ser q el factor de desarrollo sea el valor del suelo y no la calidad de vida (acceso a equipamiento, por ejemplo), seguir ubicando a los mas pobres en los mágenes de la ciudad es perpetuar la segregación: eso sí q es subdesarrollo.
    otro mas: acaba de caducar la afectación a uso público de parques metropolitanos y algunos parques intercomunales no materializados, o sea, tenemos menos potencial para materializar parques en esta contaminada y desabastecida mancha de aceite: si no somos capaces de proteger los entornos inmediatos, quién asegura que protegeremos las nuevas áreas?
    la sombra del Art 59º de la LGUc sigue avanzando en contra de la ciudad, la sombra de Bresciani y la CChC q son capaces de poner sus billeteras por sobre la ciudad de 6 millones

  • Federico Urqueta

    Simplemente se permite comprar terrenos mas caros, pero mejor ubicados, y/o facultar al Estado expropiar terrenos y casas para departamentos sociales

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