Ciudades frágiles: repensar antes de reconstruir

Constitución 01 Marzo 2010 (REUTERS/Ivan Alvarado)

Constitución 01 Marzo 2010 (REUTERS/Ivan Alvarado)

Las imágenes de Chile que han dado la vuelta al mundo hablan de ciudades importantemente afectadas por el terremoto, no sólo desde un punto de vista constructivo, sino también por la dificultad de sus autoridades en conducir catástrofes como la que hemos visto esta semana.

En tanto, miles se agrupan en sitios de redes sociales y cadenas de ayuda con el fin de aliviar la presión de los más afectados. Con cerca de 2 millones de chilenos desplazados por la tragedia – hasta ahora-, el terremoto ha dejado una nueva postal de Chile; la de un país en escombros y descontento social dando pie para analizar, por un lado, qué tan resistente  son las ciudades Chilenas, y por otro, qué tipo de presiones o ideas habría que impulsar colaborativamente para reconstruirlas.

Un primer diagnóstico, acusa un Chile de preocupante fragilidad y desbalance en el diseño de ciudades, tanto desde la perspectiva de gobernabilidad, como también en la manera de construir edificaciones de alto estándar para todos los ciudadanos.  El análisis después del salto.

Personas detenidas por saqueos en Talcahuano (AP Photo/ Natacha Pisarenko)

Personas detenidas por saqueos en Talcahuano (AP Photo/ Natacha Pisarenko)

1. Des-control local

Resulta a lo menos paradójico que los últimos días de la Concertación en el Gobierno sean a punta de toque de queda – con las FFAA y de orden velando por la seguridad social encañonando a quienes a rostro descubierto saqueaban el comercio. Algunos, como Fernando Villegas, han argumentado con vehemencia las razones que gatillaron llevar el Ejército a la calle, situación que por lo demás ha tendido a la normalización.

Lo cierto es que el descontrol podría de alguna forma haberse evitado si las autoridades hubiesen actuado estratégica y localmente desde el comienzo. Por una simple cuestión de escala, las capacidades de reacción de un gobierno central son claramente más lentas que las de un gobierno local. Familias enteras teniendo que esperar la resolución de un comité de ministros para conducir ayuda no pareciera ser el modo más estratégico y veloz para calmar las necesidades urgentes de una población golpeada y traumatizada por la tragedia de un terremoto.

Es en estas circunstancias cuando la rápida reacción de las autoridades locales es clave. Son estas últimas las que contando con planes de acción y recursos óptimos, deberían actuar primeramente para paliar las necesidades básicas. Obviamente,  los gobiernos regionales y municipalidades se vieron ampliamente superadas por la magnitud del terremoto, evidenciando su limitado nivel de acción en cuanto a recursos como a capacidades técnicas. Esta figura de gobiernos locales empoderados en Chile no existe como tal, y esta semana se hizo evidente y crítico. Dicho de otro modo, mientras no exista una real descentralización de atribuciones hacia los gobiernos  regionales y locales, la incapacidad para resolver urgencias como estas se podrían perfectamente volver a repetir.

 

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Una postal del terremoto - Concepción (AP Photo)

Una postal del terremoto - Concepción (AP Photo)

 

2. “Chile: Una norma sísmica ejemplar en la región”…pero no para todos.

Sumado a lo anterior, esta semana quedó en evidencia otra triste paradoja.  Como era de esperar, con un sismo de tal magnitud las edificaciones más antiguas colapsaron, viniéndose gran parte de la fábrica urbana de las regiones del Maule, Bio-Bio y O’Higgins prácticamente al suelo. Sin embargo, el miserable colapso de viviendas nuevas particularmente dentro del  nicho de 1 y 2 mil UF habla del desbalance con que se han venido construyendo nuestras ciudades en las últimas décadas.

En otras palabras, resulta a lo menos vergonzoso que con el tipo de normativa sísmica existente hoy en Chile, edificios nuevos como el de Concepción, los de Maipú, Santiago Centro o Ñuñoa, estén en el suelo o destinados obligadamente a su demolición. Esto evidencia que las normas no se  aplican de igual manera cuando de edificios en zonas de estratos medios bajos se trata.

Ya en 2005 estudios académicos1 advertían sobre la calidad constructiva detrás de los planes de repoblamiento en las áreas centrales de Santiago. Este proceso de liberalización del mercado de viviendas con subsidio de renovación urbana disparó la construcción de habitación en altura. El modelo ampliamente replicado en regiones ha asumido prácticas de maximización de rentabilidades, privilegiando una mayor cantidad y número de viviendas por edificio que calidad constructiva de los mismos.

Mucho se ha discutido en el ámbito académico sobre la mala inserción de estos edificios en la trama urbana, pero poco se ha hecho para condicionar o corregir estas prácticas.  Hoy más que nunca es posible apreciar sus efectos,  con cientos de personas damnificadas por la pérdida total de sus bienes. La saliente ministra Poblete aclaró que por Ley, el servicio nacional del consumidor protege al comprador hasta 10 años pasada la venta del inmueble.  Por cierto entonces, estas personas que obtuvieron un bien raíz de dudosa calidad constructiva tendrán que exigir una solución. Lo lamentable es que esa misma devolución no es aplicable cuando se trata de vidas perdidas – como el caso del edificio de Concepción. El problema parece nuevamente afectar a los mismos grupos menos aventajados de la sociedad, agudizando la desigualdad con la que construimos ciudades en Chile.
3. Un gobierno de reconstrucción.

Los meses que vienen serán claves, con Sebastián Piñera poniendo en práctica los ajustes discutidos en su consejo de gabinete el día de ayer; “productividad”, “abastecimiento y seguridad”, “reorganización del programa de gobierno” y “reconstrucción”. Este último punto se suma a los dichos de la Cámara Chilena de la Construcción, quien adelanto un ‘vigorozo repunte’ en el mediano plazo, esto  principalmente por el recambio de vivienda en los sectores que se vieron más afectados ‘sobre todo en pueblos intermedios del sur’.2

Es precisamente este nicho el que debe ser particularmente observado, evitando repetir la desidia con que se construyó durante la década pasada y que cosechó sus frutos tristemente esta semana.   Con el mismo poder colaborativo con que se arman cadenas de ayuda por TV e internet, se deberían promover y difundir mejores prácticas en el ámbito de diseño de ciudad, mejorando y presionando por cumplimiento de iguales estándares que enorgullezcan a sus propietarios, sino también repensando profundamente el poder y las facultades de las municipalidades como agentes de acción local.

  1. Ver Fromovich et al. (2006) TUC: La transformación de la comuna de Santiago a partir de la vivienda en densidad []
  2. La Tercera 03-03-10 []