Columna – Torre por peón, jaque a La Reina

(La Nación. 21/12/2009)

Por Francisco Olea Lagos

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Concejal de La Reina

la reinaLas palabras tienen significado. Pero algunas producen además sensaciones: es el caso de “modificar los planes reguladores comunales” (PRC). Según antecedentes, la mitad de las 34 comunas de Santiago están en esa vorágine. Los PRC tienen como propósito normar el desarrollo urbano, la densidad de construcción, los límites urbanos, la infraestructura, las áreas verdes y el equipamiento a distintas escalas. En este panorama, la bitácora urbana metropolitana lleva “implícitas” múltiples externalidades que se tornan “explícitas” al proponer modificaciones en los PRC.

El PRC de La Reina fue promulgado el 22 de noviembre de 2001. Este instrumento normativo zonificó el territorio definiendo la superficie de la comuna como zonas interiores de barrios tranquilos, de baja densidad, con corredores verdes y arbolado urbano. Este instrumento consideró, además, polos y ejes de desarrollo, denominados “puertas”, con edificación en altura libre en la periferia comunal, cuyo objetivo era concentrar las altas densidades y los equipamientos de nivel intercomunal; los “polos” y “corredores”, con densidad y altura media, en lugares específicos y al interior de la comuna, donde se permiten edificios de mediana altura y equipamientos a escala. Sin embargo, esta realidad se ha visto tensionada por una serie de factores de distintas dimensiones institucionales y vinculados a nuevas dinámicas del área metropolitana de Santiago (AMS): nuevos subcentros residenciales y comerciales, crecimiento del parque automotor y congestión vehicular explosiva; sumado a lo anterior, la ausencia de una regulación específica para el AMS.

Lo anterior ha significado la defensa de un estilo de vida, pero también una serie de conflictos vecinales. Sin embargo, al no debatir y enfrentar desde la mirada a escala los nuevos factores urbanos y ambientales en juego, la propia planificación urbana y territorial, y la institucionalidad que opera en la ciudad, algunos conflictos no han sido resueltos y otros necesitaron el pronunciamiento de otros órganos del Estado. El caso más emblemático es el “Mall Las Brujas”. Hoy en este mismo eje vial existe otra compleja polémica vecinal: la demolición de ocho casas y fusión de 11 loteos de un sector tradicional en Príncipe de Gales esquina Loreley, para la construcción de dos torres de 29 pisos (con tres subterráneos y unos 506 estacionamientos) que rompen y alteran drásticamente el carácter de barrio, de baja altura e integrado de esta área residencial.

A lo anterior se suman los destinos de Autopista Vespucio Oriente, la futura carga vial del nuevo Hospital Militar, el tsunami de nuevos condominios vía DFL2, el Parque Padre Hurtado y su administración. Otros ejemplos urbanos y ambientales abundan.

En este escenario, el lunes 14 de diciembre comenzó el proceso para que vecinos y contribuyentes conozcan, analicen y opinen sobre las propuestas de modificaciones del PRC. Luego del período de consulta vecinal -vital para nuestra decisión-, el concejo municipal analizará las observaciones, para votar en marzo de 2010.

En la propuesta de 14 puntos (P-14), disponible en www.lareina.cl, los residentes encontrarán algunas luces de lo que es posible y lo que es importante. Algunas indicaciones consideradas en P-14 incluyen: modificaciones de alturas y densidades para las zonas “C” y “B” en el sector que enfrenta al eje Américo Vespucio. Se elimina el concepto de puerta, que no cumplieron su objetivo para fomentar el desarrollo comercial e inmobiliario. Para las zonas residenciales se mantiene como límite dos pisos más mansarda, y cuatro pisos para las avenidas Príncipe de Gales y Larraín.

También regulariza la situación del equipamiento comercial que quedó “congelado” luego de la puesta en vigencia del PRC-2001. Modifica el coeficiente de constructibilidad de 20% a 40%. Reconoce los usos de suelo educacionales de importantes colegios (The Grange School, Andrée English School y British School). Elabora fichas del patrimonio comunal para determinar los valores intrínsecos de inmuebles de conservación histórica y con ello su nivel de intervención de acuerdo a la imagen objetivo. Adapta la normativa del PRMS para el Parque Industrial, además de exigencias de estacionamientos y apertura de calles, entre otras indicaciones.

A la hora de este debate, una apreciación académica notable a considerar es la diferencia entre la ciudad y lo urbano. Sabiamente, Henri Lefebvre señaló que la ciudad es un sitio donde se levanta una gran cantidad de construcciones, complejas infraestructuras y una población numerosa. Lo urbano es una esfera muy distinta. Son las practicas donde fluyen los procesos, una suerte de obra perpetua de sus habitantes, móviles y movilizados por esta obra. Bajo la anterior premisa, estas modificaciones son un paso necesario a debatir, siempre en defensa de un desarrollo urbano y ambientalmente sustentable, pero también un camino lleno de riesgos. Exasperante paradoja urbana.