Editorial – La Costanera Sur, una vía gratuita

(La Tercera. 21/11/2009)

La ministra de Vivienda y Urbanismo ha anunciado que la Costanera Sur, que correrá por todo el lado sur del Mapocho, será una carretera sin cobro, a diferencia de aquella concesionada que sigue un trazado paralelo por la ribera norte del río. La nueva vía tendrá características de diseño similares a las de una autopista, aunque su velocidad de desplazamiento será menor, debido a que tendrá semáforos.

Esta obra ofrece muchos beneficios, al aumentar la conectividad en la ciudad y ser gratuita, pero esas ventajas tienen costos: el de su construcción es pagado con impuestos generales para beneficio de los habitantes de Santiago, y es probable que se congestione al poco tiempo, como ocurre al abrir nuevas vías urbanas, en especial si su uso es gratuito.

Es poco probable que sus efectos sobre la demanda por la Costanera Norte sean importantes, especialmente en el mediano plazo. Las carreteras concesionadas han sido celosas defensoras de lo que consideran sus ingresos garantizados, y han apelado a comités arbitrales en otras ocasiones en que mejorar una ruta alternativa podría afectar sus ingresos. En este caso, la Costanera Sur -aunque tal vez no en su forma actual- formaba parte de los planes urbanos cuando se licitó la Costanera Norte, por lo que no se la podría considerar un evento sobreviniente -sucesos extraordinarios e imprevisibles, ajenos al esfuerzo del concesionario- que diere derecho a una compensación. Estos eventos se han convertido en un foco de disputas entre los concesionarios y el MOP. Las empresas reclaman que sí dan lugar a compensaciones, y así lo establecía la Ley de Concesiones original. Su objetivo de dar confianza a los concesionarios se consiguió, pero a un alto costo, pues -en opinión del ministerio- hubo un abuso de esa cláusula.

La eliminación de compensaciones por esta causa fue una de las principales reformas a la Ley de Concesiones impulsadas por el anterior ministro de OO.PP. Se argumentó que en todos los sectores de actividad económica sobrevienen eventos que cambian la ecuación económica, por lo que no habría motivo para que las concesiones de infraestructura reciban un tratamiento especial. El gremio de concesionarios sostiene que tales concesiones son especiales, por la magnitud de la inversión hundida y porque están sometidas a la decisión de la autoridad. En su forma final, la nueva Ley de Concesiones adoptó una posición intermedia, limitando las compensaciones por esta causa a una serie de condiciones copulativas que hacen más difícil su abuso. El conflicto entre las partes seguirá latente con la nueva ley, pues la condición final para compensar es que el cambio “altere significativamente el régimen económico del contrato”, lo cual es vago y augura el trabajo de comisiones arbitrales y de equipos legales y económicos.