Ley de Bosque Nativo puede retrasar en dos años línea de HidroAysén

(La Tercera. 12/11/2009)

ley de bosque nativoPreocupación existe en la industria eléctrica del país, por el impacto que tendrá en las inversiones del sector la ejecución de la Ley de Bosque Nativo. La nueva normativa retrasará en dos años los proyectos de transmisión eléctrica, iniciativas que son clave para poder transportar la energía a los consumidores. La regulación obliga a los privados a obtener nuevos permisos, lo que implica extender el trámite ambiental de los proyectos. Esto puede afectar la aprobación del mayor proyecto de transmisión que se planea desarrollar en Chile, HidroAysén, reconocen directores ligados al grupo Enersis, que es uno de los que impulsa esta iniciativa.

Las cinco centrales que buscan construir Endesa y Colbún necesitan de un trazado de 2.000 kilómetros, para transportar la energía desde la Región de Aysén a la zona central del país.

Según explicó Eduardo Andrade, vicepresidente de Operaciones de Transelec, la nueva norma exige que todas las obras de transmisión que no son troncales (que no forman parte del tendido principal del sistema eléctrico) y que necesiten pasar por zonas de preservación de bosques, requerirán contar primero con la concesión eléctrica definitiva y con un plan de manejo forestal que se debe presentar a la Conaf. Luego de tener esa autorización podrán ingresar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA). “Hasta antes de la aplicación de la ley, todo el proceso que incluye la tramitación y construcción de una línea duraba cuatro años. Con la nueva regulación, cualquier línea que no tenga el carácter de troncal, va a requerir seis años para desarrollarse”, indica Andrade.

El ejecutivo explica que dependiendo de la complejidad de la línea, su longitud y la cantidad de propietarios afectados, obtener la concesión definitiva toma entre 18 y 36 meses. “Antes de que entrara en vigencia la Ley de Bosque Nativo, se podía solicitar la concesión y, paralelamente, empezar la tramitación ambiental del proyecto, lo que hacía más fluido el proceso”, agrega. Lo anterior, advierte el ejecutivo, implica que los inversionistas deberán incorporar a sus proyectos los mayores plazos y costos.

Transelec realiza los estudios para dos líneas que planean construir HidroAysén y el grupo Xstrata.”La línea de HidroAysén, dada la extensión que tiene, probablemente, pasará por zonas de preservación, lo que implica que tendrá que someterse a la nueva legislación”, dice Andrade.

Un director de una de las eléctricas que impulsa el proyecto en la XI Región, reconoce que “la línea es el punto crítico del proyecto. Obviamente la nueva legislación pone una mayor complejidad a su tramitación y puede retrasar la entrada en operación de las centrales”.

No obstante, la nueva ley entrega a los privados una llave para poder agilizar el trámite de los proyectos: pedir a la Conaf que la iniciativa se declare de interés nacional y, con ello, se agilice su tramitación.

Catalina Bau, directora ejecutiva de Conaf, dice que “no hay que asustarse. Es compatible un manejo sustentable con el desarrollo. Evidentemente, en determinados territorios que tienen categoría de conservación, puede tener algún efecto sobre algún proyecto. Pero todos son problemas solucionables (…) Cumpliremos con todo lo que dice la ley en los plazos establecidos y no hay ninguno que dure dos o tres años”.

Matte inquieto por el carbón

El presidente de Colbún, Bernardo Matte, indicó que las observaciones que realicen los servicios públicos sobre el estudio de impacto ambiental presentado por HidroAysén serán menores respecto de las que recibieron en el primer período de consultas.

Si bien todavía deben ver el número de preguntas y definir si requieren realizar otros estudios específicos, confían que el período de respuesta de la compañía será menor a los 11 meses que demoraron la primera vez.

Al ser consultado por un eventual atraso debido a la extensión de la aprobación ambiental, Matte comentó que “no hay duda de que no es la situación ideal. Hemos visto que la matriz energética está fuertemente suplida por el carbón y eso es lo que seguirá pasando. En la medida que se atrasen los proyectos hidroeléctricos, surgirán nuevos proyectos de carbón. Eso a mí me inquieta”.

Esto a raíz de que estima que Chile deberá cumplir en los próximos años compromisos relativos a las emisiones de carbón, “que, tarde o temprano, nos van a llegar y, obviamente, tener más emisiones como país no será bueno para las exportaciones. Chile es un país netamente exportador y nos exigirán compromisos respecto de eso. El ideal es tener energías limpias”.