Columna – Después del volcán

(La Tercera. 08/11/2009)

Por Pablo Allard

A poco más de un año y medio del inicio de la erupción del Chaitén, escribo desde la provincia de Palena, que se recupera con el esfuerzo de sus pobladores, autoridades y emprendedores, demostrando su distintiva capacidad de sobreponerse a las dificultades que el aislamiento y la naturaleza extrema les han exigido por años.

En Puerto Montt, tuve la suerte de participar en un seminario organizado por la Municipalidad de Chaitén y la U. de Los Lagos, donde compartimos con la comunidad los estudios que derivaron en la relocalización de la herida ciudad a la vecina zona de Santa Bárbara, un lugar seguro y lleno de futuro. También escuchamos del subsecretario (S) del Minvu, Luis Eduardo Bresciani, detalles de la participación ciudadana y avances del plan maestro para la nueva capital provincial. Fue emocionante aterrizar en la pista provisoria de Santa Bárbara, el punto de inicio donde la nueva ciudad toma forma. Si bien no hay aún mucho movimiento, el restablecimiento del puente aéreo y las comunicaciones, sumado a las instalaciones provisorias de la municipalidad y Carabineros, son señales concretas hacia la relocalización.

Pese a los avances, los chaiteninos esperan ansiosos detalles respecto a los plazos y tiempos para el regreso. La gran mayoría reconoce el riesgo latente que el volcán arrase con lo que queda de la ciudad, y esperan pacientemente o reinician sus vidas en los lugares de desplazamiento. Los denominados rebeldes instan a regresar y, desafiando a las autoridades y arriesgando sus vidas.

El alcalde de Chaitén, Pedro Vásquez, me hace ver su dilema: por un lado la razón le dice que debe liderar el proceso de relocalización, pero, por otro, el corazón y su gente le piden que restablezca servicios y apoye a quienes han recuperado sus casas de las cenizas. En este dilema, su mayor preocupación es que se pueda avanzar lo más rápido posible hacia el establecimiento de la primera comunidad en Santa Bárbara y, si bien la Presidenta se comprometió a entregar el plan maestro definitivo antes del término de su mandato, la ansiedad y la presión en el edil “sin pueblo” y su comunidad aumentan.

Volver a Futaleufú resulta emocionante, la ciudad está tan limpia de cenizas como el día previo a la erupción, y se engalana para lo que será una nueva temporada de verano con nuevos servicios y atractivos para los turistas. El gobernador provincial y el alcalde nos hablan de la importancia de la educación, el dominio del inglés y la identidad para el futuro de la zona. Como la reciente organización de las primeras olimpiadas de inglés, realizadas entre las escuelas de Palena y Futa, gracias a la presencia de jóvenes profesores norteamericanos proveídos por la Fundación Patagonia Sur. Palena por su lado, refuerza sus capacidades municipales con profesionales jóvenes que ponen lo mejor de sí para asegurar fondos concursables para mejorar la imagen urbana de su ciudad, manejar en forma sustentable los residuos sólidos y coordinar la gestión. Son pequeños esfuerzos en pequeñas localidades los que hacen la diferencia.

Invito a todos este verano a conocer la Patagonia profunda, a admirarse de sus paisajes naturales y humanos, descubrir la belleza de la vida frugal y de un futuro posible, después del volcán.