Carta – Monumento a Juan Pablo II

(El Mercurio. 26/10/2009)

Señor Director:

No puedo dejar de referirme a la carta del arquitecto Cristián Boza publicada este sábado recién pasado. Ello, por dos motivos: primero, por sus ácidas críticas a la declaración de la arquitecto Cristina Felsenhardt aparecida en esta sección el viernes 23, la cual suscribo en todas sus partes, y segundo, por contener una serie de “imprecisiones” que no puedo dejar pasar.

Efectivamente, el miércoles 21 hubo una reunión en el Colegio de Arquitectos para conocer en detalle el proyecto del señor Boza para el parque Gómez Rojas, a la que concurrimos autoridades y miembros de la orden, entre ellos cinco Premios Nacionales de Arquitectura. El señor Boza afirma que en dicha reunión presentó su proyecto y que solamente se concluyó “que el real problema era el método operativo para encargar dicho tipo de proyecto”. Nada más lejos de la realidad. Al final de su exposición, el señor Boza esquivó el debate y se marchó, por lo que no participó en el ulterior intercambio de opiniones donde se criticó ampliamente la sola idea de la plaza. En dicha reunión no se tomó acuerdo alguno, lo que seguramente se hará durante la presente semana. Además, el arquitecto que suscribe expresó verbalmente, y más tarde por escrito, el temor de que dicho encuentro pudiera ser usado por el señor Boza para legitimar esta grave intervención urbana.

A mayor abundamiento, y a propósito de “imprecisiones”, mediante cartas a esta sección primero, y más tarde en la reunión antes mencionada, el señor Boza ha dado distintas versiones respecto a la elevación de la plaza que originalmente era de 1.50 metros, luego de 70 centímetros, para terminar declarando que variaría de 70 a 140 centímetros.

Es de público conocimiento que el señor Boza es Decano de Arquitectura de la Universidad San Sebastián y, además, arquitecto de la pretendida plaza José Domingo Gómez Rojas, situación sobre la cual he reiterado en repetidas oportunidades, y a él personalmente, que este hecho constituye una clara incompatibilidad, si no de derecho, al menos de una mínima seriedad profesional.

Christian de Groote

Arquitecto