Desarrollo Humano en Chile 04: Cómo hacemos lo que hacemos (Informe 2009)

valle

Hace ya varios meses nos dedicamos a revisar algunas de las conclusiones que el PNUD ha expuesto en sus Informes de Desarrollo Humano en los últimos años, y sus posibles lecturas en torno al desarrollo local y los problemas urbanos en Chile.  En esta ocasión, nos referiremos al Informe 2009, que llega a la conclusión de que El principal obstáculo para el desarrollo de Chile se encuentra en nuestra manera de hacer las cosas. Este informe, de enero de 2009, plantea que para aumentar las oportunidades en Chile y traducirlas a resultados concretos para las personas necesitamos ir más allá de los discursos y de las intenciones y analizar concretamente cómo hacemos las cosas en nuestras prácticas cotidianas.

Desde esta premisa, el informe presenta un mapa de las prácticas cotidianas típicas que hacemos los chilenos, y que se traducen en una de los principales obstáculos para el desarrollo del país. ¿Por qué es habitual que buenas ideas de políticas públicas no logren fácilmente los resultados que se esperan en su diseño? ¿Por qué cuesta tanto pasar de las buenas intenciones y promesas a lo que realmente hacemos o dejamos de hacer?, son algunas de las preguntas planteadas en el comunicado de prensa emitido por el organismo de la ONU, y que plantean desafíos para los profesionales que se mueven en el ámbito del diseño de estas políticas, de las ideas para nuestra sociedad y su entorno físico.Son tres las conclusiones principales del informe.

– El 74% de los chilenos piensa que el problema del país radica en que aunque existen buenas ideas, no sabemos llevarlas a la práctica.

– Según el PNUD, para aprovechar las oportunidades futuras, se requieren nuevas maneras de hacer las cosas.

– El Informe propone una metodología para observar ámbitos tan diversos como la gestión del Estado; las relaciones laborales en la empresa o la repartición de las responsabilidades domésticas.

Además de estas tres ideas, presenta las conclusiones en 7 “prácticas típicas” reflejadas en siete “frases típicas” que dan luces sobre la razón de esta inoperatividad en llevar a la práctica las ideas. A continuación presentamos estas conductas tal como el informe las explica:

– “Lo hago, pero a mi manera” (adopción resistida) Actores resisten un cambio (cultural o institucional) que consideran afecta sus intereses, reinterpretando su sentido. Se observa, por ejemplo, en la baja disposición de ciertos médicos a adoptar las nuevas obligaciones que implica el AUGE o es el caso de hombres que, aparentan estar de acuerdo con la aspiración de la mujer de tener mayor autonomía, pero que en la práctica presionan para que ella siga organizando su tiempo en torno al hogar.

– “Hay que hacerlo y si no lo hago yo, no lo hace nadie” (improvisación adaptativa) Ante una nueva normativa con vacíos o un cambio cultural que genera incertidumbre, ciertos actores se sacrifican para salvar el cambio a toda costa, como ocurre con las enfermeras que llenan parcialmente las fichas del Plan AUGE para facilitar el trabajo del médico o el ejemplo de muchas mujeres que asumen una “doble jornada” ante la resistencia de sus parejas a adoptar roles domésticos ahora que ambos trabajan.

-“Ni a ti ni a mí nos conviene; ¡arreglémonos entre nosotros!” (trasgresión pactada) Se refiere a aquella situación en que los actores se coordinan para contravenir la norma. Un ejemplo de ello se observa en los acuerdos a que llegan vendedoras y jefes de tienda para permitirles a los primeros trabajar más de las horas legalmente permitidas para obtener mayores comisiones de venta y cumplir sus metas. Otro ejemplo es el de ciertos temporeros que pactan con los contratistas firmar contratos por montos menores a lo acordado, para obtener una liquidez inmediata mayor y reducir costos, respectivamente.

–  “A la larga, los cambios son para mejor” (adaptación proyectiva) Se aprecia en los casos en que los actores incorporan los cambios a partir del reconocimiento que en el largo plazo es beneficioso para todos. Es el ejemplo de parejas e hijos que potencian el desarrollo de los proyectos personales de la mujer asumiendo parte de las tareas domésticas porque entienden como beneficioso para el conjunto de la familia que los proyectos de cada uno sean respetados. O el caso de empleadores del sector frutícola que, enfrentados al proceso de migración de mano de obra, buscan construir una relación de largo plazo con sus para así contar con una fuerza de trabajo segura para las próximas temporadas.

– “¿Y quiénes son ellos para decirme lo que tengo que hacer?” (renegociación constante) Ocurre en contextos de alta indefinición de roles y de deslegitimación recíproca entre los actores de una relación, que, estando obligados a negociar, no logran llegar a acuerdo o cumplirlos. Es el caso de lo ocurrido en algunas de las escuelas seleccionadas por el programa “Estrategia de Apoyo a Establecimientos Prioritarios” donde la deslegitimación recíproca entre el equipo docente y la institución asesora externa, impide consensuar una estrategia conjunta para llevar a cabo el programa de mejoramiento. Esta misma práctica se observa en las relaciones familiares de ciertos adolescentes que construyen su identidad sin la experiencia de límites, y que no logran construir con sus padres experiencias de negociación que deriven en el establecimiento de responsabilidades y derechos efectivos.

– “¿Por qué voy a dar más de mí si ellos no lo hacen?” (acuerdo de mínimos) Se genera cuando existen actores mutuamente dependientes que anticipan, debido a desconfianzas históricas, el abuso por parte del otro, por lo que ponen lo mínimo de sí en la relación, para perder lo menos posible. Es el caso de algunas negociaciones entre empleadores y temporeros agrícolas, donde los primeros ofrecen condiciones laborales mínimas y los segundos abandonan las faenas apenas reciben una mejor oferta. Otro ejemplo es el de aquellas mujeres que permanecen con su pareja a pesar de que su convivencia es negativa, ante la imposibilidad de desenvolverse autónomamente.

– “Si todos nos ponemos, todos ganamos” (negociación habilitante) Ocurre en aquellos casos en que actores obligados a negociar, llegan a acuerdos mutuamente beneficiosos, a partir del reconocimiento de que las demandas de los otros también son legítimas. Un ejemplo se observa en adolescentes que legitiman el rol de autoridad de sus padres, y de padres que reconocen a su vez el derecho de sus hijos a disponer de espacios de autonomía. Otro caso es el que se da en algunos establecimientos prioritarios, en los que los asesores logran entablar relaciones de confianza con la comunidad escolar explicando el sentido de la estrategia de modo transparente y ordenado. El mapa de prácticas que se ha construido a partir de los ámbitos estudiados no es exhaustivo pues sin duda hay muchas más prácticas que las descritas; no obstante, éstas representan modos de hacer las cosas en el país que están transversalmente presentes en muchos planos de la vida social, y que son esenciales para enfrentar los desafíos actuales y futuros.

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