Una frustrada consulta en Honduras

(La Nación. 1/07/2009)


Por Patricio Herman P.

En base a la Ley de Participación Ciudadana vigente en ese país centroamericano, su Presidente Manuel Zelaya convocó a una consulta no-vinculante para que el pueblo emitiera su opinión sobre la posibilidad de impulsar en el próximo gobierno modificaciones constitucionales para hacer más verdadero el régimen democrático. A la consulta se la llamó encuesta y se debía haber llevado a cabo el domingo pasado si no se hubiera producido el vergonzoso golpe de Estado que todos conocemos. Es decir, en ese país hermano quedó trunco el proyecto de democracia participativa que promovía el Presidente.

En efecto, pedirle a la ciudadanía que votara no gustó a quienes disfrutaban de posiciones de privilegio y para evitar el pronunciamiento popular los líderes de la asonada enviaron a unos 200 efectivos militares en la madrugada de ese domingo a la residencia del Presidente constitucional localizada en la colonia Tres Caminos al este de Tegucigalpa. Diez soldados enmascarados, con inusitada violencia, se introdujeron en el dormitorio de Zelaya y a golpes y empujones se lo llevaron secuestrado al aeropuerto para enviarlo a San José de Costa Rica, cuyo Presidente Arias lo recibió brindándole su apoyo en todo sentido. Como era lógico los ministros del Mandatario y sus aliados políticos fueron arrestados, aunque la ministra de RREE, Patricia Rodas, pudo irse a México.

Para salvar las apariencias, los sediciosos dijeron que el Ejército había cumplido lo que le ordenaron los entes jurisdiccionales, aunque los militares cuando se introdujeron en la casa presidencial no le mostraron una sentencia a su morador cautivo.

La Organización de Estados Americanos (OEA) se reunió de emergencia el mismo día domingo y rápidamente condenó con duras palabras la insurrección al igual que toda la comunidad internacional. No hay que perder de vista que Honduras forma parte del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), conjuntamente con Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Ecuador, Dominica y otros caribeños, países cuyos gobernantes están liderando cambios en las estructuras para favorecer a las mayorías más vulnerables. Recordemos que el ALBA es la respuesta de integración regional de estados no sujetos a la hegemonía de EEUU.

Está muy claro que Honduras, con sus nuevos mandamases, se retirará del ALBA en los próximos días, lo cual no tiene mayor trascendencia. Pero sí quisiéramos que, a la brevedad, José Miguel Insulza ejerza con suma voluntad política su liderazgo continental para que Honduras, bajo el mandato de los amotinados, sea expulsada de la OEA; en tal sentido valoramos el comportamiento de su embajador, quien ante todos sus pares supo decir las cosas por su nombre en la reunión del domingo pasado.

Si la OEA procede como corresponde, se entregará una señal explícita para que no se repitan estos atentados a la democracia y a la decencia política.