SymbioCity: la respuesta sueca a cómo deberían ser las ciudades del futuro

553056276_zzz.jpg(El Mercurio, 24/03/2009)

Hammarby Sjöstad es una ciudad al sur de Estocolmo que para cualquier visitante parece un lugar completamente normal, pero en realidad lo que allí hay es un ejemplo de urbanización sustentable. En esta localidad se ha desarrollado el concepto de SymbioCity: cada recurso se aprovecha para desarrollar el siguiente.

El agua de la lluvia, por ejemplo, sirve para abastecer el WC, y la basura se recicla en energía que calentará toda la casa. Esta ciudad viene a demostrar que el desarrollo sustentable es posible y que también nos puede resultar más económico, según el diario El País.

La pequeña ciudad de Hammarby Sjöstad tiene 11 mil viviendas y antes era una zona portuaria. A principios de la década de los 90 empezaron a construirse las primeras viviendas. “Queríamos limpiar la zona, que en el pasado era una de las más contaminadas de la ciudad por su actividad industrial, y al mismo tiempo encontrar un modelo sustentable realista, capaz de mantenerse por sí mismo”, explicó al diario español Erik Freudenthal, director de la oficina medioambiental de Hammarby Sjöstad.

Con el apoyo del gobierno sueco y la colaboración de más de un centenar de empresas, esta SymbioCity ha empezado a dar resultados. Para que funcione lo fundamental es aprovechar las sinergias que se producen en la ciudad y utilizar las energías renovables.

La luz solar, por medio de paneles; la eólica, con un parque de molinos de viento; y la hidráulica, a través de canales que recogen el agua de lluvia y la llevan por toda la ciudad.

Para reciclar la basura se ha definido una cadena de tratamiento de residuos a largo plazo. De este modo, “la basura orgánica de cada hogar se recicla en biosólidos que más tarde servirán de abono para las plantas. De estas plantaciones se extraerá biocombustible que, después de su tratamiento, volverá a la casa transformado en energía calórica y electricidad en tan sólo unos meses”, dijo Freudenthal.

“Desde 1995 hemos podido comprobar cómo nuestra curva de desarrollo ha seguido creciendo mientras que la de las emisiones se quedaba estancada. Esto nos lleva a desmentir que el desarrollo económico de un país no sea compatible con un modelo sostenible”, señaló Gunnar Wieslander, secretario de Estado del gobierno sueco.

Inversión

La construcción de esta SymbioCity le costó al gobierno sueco alrededor de 4.500 millones de euros (US$ 6.100 millones). Por estos días el precio de una vivienda de unos 80 metros cuadrados se sitúa alrededor de los 400 mil euros y arrendar una va de los 850 a los 1.100 euros, dependiendo de los extras de la casa. Esto supone una inversión importante para las familias pero que luego se compensa con el ahorro energético. De hecho, la mayoría de sus habitantes son jóvenes parejas de clase media con hijos, que se han mudado desde otras zonas de Estocolmo y que hoy disfrutan de los beneficios de las energías renovables.

26 mil personas viven en SymbioCity.

60% se han reducido las emisiones de CO{-2} luego que se reemplazaran las micros de Estocolmo por vehículos que usan como combustible el bioetanol.