Programas de transporte público en bicicletas se extienden por Europa

1873339443_z.jpg(La Tercera, 11/11/2008)

Desde que se inició el sistema en los 90, más de 20 ciudades han incorporado el uso masivo de este medio en sus redes viales, lo cual ha logrado no sólo reducir el uso de combustibles, sino que también bajar la congestión y la emisión de contaminantes.

Primero fue la ciudad de Copenhague, Dinamarca en 1995. Luego, se sumaron Lyon, Dijon, Rennes y París en Francia. El boom por los programas de “arriendo público de bicicletas” ha llegado para quedarse en el Viejo Continente, y hoy más de 20 ciudades europeas ya cuentan con el servicio.

La última en sumarse a la tendencia que busca reducir la emisión de contaminantes y descongestionar el tránsito fue Milán, ciudad que este mes se subió al mismo carro que en España ya tomaron Barcelona y Zaragoza, durante 2008.

El éxito del sistema – que consiste en estacionamientos de bicicletas públicas, que tras el pago de registros se pueden usar para recorrer la distancia que se desee por un día, para luego devolverlas en una estación cercana al lugar de destino – ha transformado incluso, los hábitos de la población. Así, en ciudades como Roma o Pamplona donde no era habitual ver a personas en bicicletas, su uso se ha vuelto muy popular.

Especialistas apuntan a que una de las claves del éxito es el bajo costo y facilidades que las nuevas tecnologías han permitido. En la mayoría de los casos dispositivos electrónicos permiten a los usuarios descontar directamente de sus cuentas bancarias los cargos de uso con costos que van desde los 30 centavos de dólar cada media hora de uso, aparte de la cuota anual de US$ 30 en promedio por derechos a usar el servicio. Según estadísticas de algunas de las empresas que manejan los programas en Europa, en total se recorren alrededor de 200 mil kilómetros diarios, lo que implica una reducción de hasta 37 mil kilos de dióxido de carbono al día.