Qué ocurre con Maitencillo?


1427019850_207682253_5cc1c3fcc8_b.jpg

Qué ocurre en Maitencillo? Opiniones van y vienen a través de discusiones epistolares, y manifestaciones de agrupaciones defensora del balneario. Los vecinos apuntan a los desarrolladores inmobiliarios, otros culpan un excesivo letargo municipal para prevenir lo que muchos llamar el tsunami inmobiliario. Un tema que tiende a la escandalización por la inclusión de edificios en altura, poniendo en ocasiones el acento de la discusión sobre la i equivocada. Aquí una reflexión sobre un fenómeno por cierto conocido en las comunas de Santiago y que ahora se replica en regiones. Una lección al parecer difícil de aprender y que está lejos todavía de aprobar con buena nota.

La problemática surge desde el momento que gran parte de la comunidad de Maitencillo notifica el significativo aumento de nuevos proyectos inmobiliarios en la zona. Maitencillo caracterizado por ser un balneario tranquilo y de baja densidad comienza más rápido que lento a transformarse en una apetecida zona para la construcción de oferta de segunda vivienda con excelentes atributos urbanos. Playa, tranquilidad y cercanía a Santiago. Del mismo modo, surge una ferrea defensa por parte de los históricos vecinos, quienes no comparten del todo la inclusión de nuevas viviendas en un balneario cuya identidad, a juicio de los afectados, estaría siendo gravemente amenazada por los nuevos edificios. Esto debido principalmente a la presión que ejercerían sobre la infraestructura de calles, pozos de agua y servicios en general, afectando su sistema ecológico.

Es importante mencionar que este fenómeno de habitaciones en densidad es típico de aquellos territorios donde el suelo se transforma en un bien preciado, dadas sus características, y que por lo tanto genera un creciente interés por vivir en ellos. Esto ocurre frecuentemente en las ciudades, casos paragidmáticos son el casco histórico y las comunas pericentrales del Gran Santiago. Este fenómeno también es posible identificarlo en regiones como el litoral central desde Viña, Reñaca pasando por Con-Cón.

Surgen así argumentos y culpabilidades sobre agentes privados y públicos, cuyo actuar está amparado sobre las legislaciones comunales. Recordamos que la legalidad de construir está especificado en los instrumentos de planificación territorial. Cuando se buscan culpables, habría que intentar responder desde otra perspectiva o simplemente habría que formular el problema de otra manera. Quienes tienen grados de responsabilidad. Los que venden sus terrenos por una buena oferta de compra? Los que hacen un negocio dentro de lo que la Ley permite? Los que quieren vivir en lugares atractivos? Los que generan el marco regulatorio que permite que se construya lo que se construye? Todos y cada uno de estos actores tiene un grado de responsabilidad, pero distintas facultades para solucionar el conflicto.

Esta es precisamente la piedra angular del problema. Cómo estamos direccionando el desarrollo. No obtendremos mucho queriendo evitar los cambios. De alguna u otra forma el cambio en Chile ya se produjo. Un país en primera linea para entrar al grupo de países desarrollados se debe hacer cargo de problemas de países como tales. Si Chile pretender ponerse pantalones largos lo mínimo que se espera es que los instrumentos de planificación territorial puedan anticiparse estas dinámicas urbanas. El orden y la eficiencia de éstos es imperante.

Un punto destacable del problema es la consolidación de agrupaciones ciudadanas que velen por los intereses de la comunidad. Algo que hace 5 años era difícil de pensar hoy es una realidad. Los ciudadanos han crecido y ahora exigen a sus autoridades. Estos deben exigir planes comunales inteligentes, responsables con el medioambiente, por lo que la participación de los vecinos en la generación de los marcos regulatorios es clave para que estos respondan a sus deseos y aspiraciones.