Ciudad violenta… y no es culpa del Transantiago

Brotes de violencia intensa parecen ser algo común a varias realidades metropolitanas, como fue el caso dramático de Buenos aires y París. En Santiago, el alcalde de Estación Central ha denunciado repetidamente “grupos paramilitares” en la Villa Francia. Según él, “no se debe al descontento de los vecinos por los problemas del Transantiago, sino a grupos violentistas que buscan ante todo un enfrentamiento con la policía”. ¿La ciudad en pie de querra?

…NO

Tal como pudimos comentarlo recientemente con Pablo Allard, en el lanzamiento de la Revista Cientodiez dedicada a la “Arquitectura Social”, no está bien entender a Transantiago como causante de toda esta serie de problemáticas: no es que antes de su implementación no hubieran carencias de equipamiento como los que ahora hacen a una anciana tener que hacer tres trasbordos para llegar a un hospital. El nuevo sistema de transporte público ha logrado poner en evidencia que no existen gran parte de los soportes básicos para el funcionamiento de la ciudad. Teniendo a Transantiago como su catalizador, o quizá como la manera de tener más atención de los periodistas, la violencia ejemplificada en los “paramilitares de Villa Francia” no es más que el colapso de una cultura del “parche”, de no solucionar los problemas de fondo.

Estos grupos armados, que consideramos hoy parte del pasado y remecen el inconciente colectivo con miedos de quiebre, son una explosión que ocurre en un país de institucionalidad estable y consolidada, que ya no necesita de ese tono conciliador, ese tono producto del miedo, ese tono que supuestamente ha atado de manos a quienes les corresponde intervenir para garantizar la ciudad que nos corresponde. La ciudad responde cuando ya no queda más espacio para la negligencia. Si Santiago está colapsado no es por Transantiago, es porque lleva mucho tiempo construyendo inequidad. Unos cuantas personas alienadas y armadas nos lo recuerdan.

Foto original de portada de Hommodolars.cl