Casas Chubi HOY

Cuando a mediados del 2006 se entregaron las casas Chubi – denominadas así por sus tamaños y colores-, la noticia cubierta fue una sola: las casas se llovieron. Casas recién entregadas, casas que enorgullecían al gobierno, casas que dignificaban a los pobladores… pero que se llovieron. Pero lo cierto es que esta historia de las casas Chubi tiene más aristas que las expuestas por los medios como para clasificarlas de un fracaso. La razón del anegamiento de algunas casas fue que éstas no estaban totalmente concluidas a la hora de ser entregadas, y aunque esto no da cabida a excusas y es algo totalmente condenable, ciertamente ha tenido un efecto estigmatizador hacia estas viviendas mucho mayor a su real dimensión. ¿Por qué se entregaron anticipadamente las viviendas? Las culpas van y vienen: que los pobladores lo quisieron así, que el Serviu los obligó, que la constructora no cumplió, que la municipalidad influyó…
Pero tratemos de mirar el proyecto de las casas chubi por sobre este acontecimiento nefasto que afectó a un porcentaje de las familias que en ellas habitan. La construcción de estas viviendas se da en el marco de una nueva política habitacional cuyo énfasis está puesto en la calidad de vida de los pobladores, condición determinada por una serie de variables como son la localización, la calidad de los espacios públicos y la posibilidad de valorización de las vivienda en el tiempo, siendo posiblemente este último punto el más determinante a la hora de tomar decisiones adecuadas para la construcción de vivienda social.
Aquí es donde aparece como tema central la idea de que las casas deben ser ampliables, dado que los recursos para construirlas son escasos, y el aumento de metros cuadrados es algo que puede costear los pobladores; de esta manera, debe priorizarse dentro de los gastos temas como la compra de un terreno bien ubicado y la construcción de calidad, aunque sea sacrificando tamaño, dando a su vez la posibilidad de que las viviendas puedan ser ampliadas por sus habitantes.
El principio de la posibilidad de crecimiento de las casas ha sido planteado ya muchas veces para la vivienda social, por arquitectos como Fernando Castillo Velasco en la Comunidad Andalucía, o en la actualidad por el proyecto Elemental en distintas localidades de Chile.
En el caso de las chubi el presupuesto era de 420 UF, y las casas que se entregaron tenían un total de 28 m2, metros que en la práctica pueden duplicarse mediante ampliaciones realizadas por los pobladores. A continuación, imágenes del estado actual de las casas, a menos de un año de ser entregada, para poder juzgarlas así con algo de perspectiva, cuando el desastroso resultado de la entrega anticipado de las mismas ya ha sido superado.