Segundo piso en vialidades troncales en Ciudad de México: ¿Llegaremos a esto algún día?

Por Carolina Valenzuela Bascuñan

El Distrito Federal, capital de México, es una ciudad donde viven alrededor de 25 millones de habitantes. Sería como multiplicar Santiago por cinco, ya sea en habitantes como en extensión. Esta enorme urbe posee múltiples vías troncales, la gran mayoría muy congestionadas, debido a que la inversión en infraestructura no ha sido mucha en los últimos años. Para darle solución a esta congestión se ideó el proyecto de construir segundos pisos en las dos principales autopistas

Las vialidades más utilizadas por los mexicanos son Viaducto y Periférico, ya que la primera recorre la ciudad de oriente a poniente y la segunda la rodea a través de un anillo. La velocidad promedio en las horas de demanda en estas vías va de los 6km/h a los 13km/h, lo que las convierte en las horas punta en los dos estacionamientos más grandes del mundo debido al atochamiento y la congestión.

El proyecto se divide en 4 etapas que sumarán una longitud total de 35km, con una inversión inicial de 150 millones de dólares, la fecha de término de estas cuatro etapas es a fines del 2006. El gobierno del distrito federal es el encargado de financiar el proyecto, por lo tanto el usuario no deberá pagar ningún tipo de peaje por usar estos tramos de segundo piso. Esto fue muy cuestionado ya que los recursos públicos fueron utilizados en esta obra y no fueron invertidos en el transporte público que está muy deteriorado y estigmatizado a un nivel socioeconómico más bajo. El impacto urbano que provoca este proyecto se suma al ya generado con la construcción de estas vías en una primera instancia, ya que estas grandes alturas tienen fuerte impacto visual desde la calle y en las construcciones aledañas.

Lo que se podría rescatar de estos segundos pisos es que se ocupó el espacio existente y no se expropiaron sitios nuevos por lo tanto el uso del suelo que existía alrededor no se modificó mayormente. Al mismo tiempo tampoco se generaron ni bordes, ni destinos nuevos que posibiliten el aumento de los viajes por estos motivos, ya que pasa por los mismos lugares que el primer piso. Por otro lado el aumento de la infraestructura va directamente relacionado con el aumento del parque vehicular, por lo tanto nadie asegura que estos segundos pisos no se conviertan en un tercer estacionamiento.

Haciendo la comparación con Santiago, uno se pregunta si esto podría llegar a pasar aquí, aunque a una escala 5 veces menor, esto podría pasar si la Costanera Norte fuera gratis, probablemente en 20 años o menos estaría colapsada. La tarificación vial sería una de las maneras para poner el freno a estas moles de infraestructura.

Esto es lo que en México no se ha podido implementar, sumado al aumento desenfrenado de la población y a un poder estatal no muy transparente. Todo esto genera un desorden en donde cada quién hace lo que quiere y no hay proyectos integrales por el bien de la ciudad. En un futuro cercano donde cada vez aparecen más autopistas urbanas, esta imagen, más parecida a la línea 5 del metro que a una calle para autos, no estaría tan lejana para nuestra ciudad.

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